Ambos amaban volar. Era algo que tenían en común. A veces tomaban un par de escobas y salían a volar por los jardines; a veces volaban en la misma. Esta era una de esas últimas. Habían recorrido gran parte de los jardines ya cuando pararon en algún punto en el aire. Se sentaron de lado, viendo el sol ponerse en el horizonte.
- ¿Crees que ganen, entonces? - Preguntó Harry, siguiendo la conversación de minutos atrás
- Cariño, Inglaterra tiene el mejor equipo de quidditch de Europa. Van a arrasar con esa patética copa.
Draco sacó su varita de la manga e invocó una manzana verde. Empezó a comerla, mientras Harry continuaba la conversación.
- Desearía que Inglaterra fuera la sede de la copa de Quidditch.
- Lo será en cuatro años, no te preocupes.
- ¡Está tan lejos!
- No seas exagerado.
- Para entonces tendré ventiún años. ¡Es una eternidad, Draco!
- Deja de quejarte. No es tanto. Verás como se pasan rápido.
- Me pregunto cómo será.
- A ver...
Draco le pasó su manzana, había comido la mitad. Harry la recibió. Era costumbre. Algunas veces el rubio dejaba exactamente la mitad de su manzana para él. Nunca la rechazaba, era algo bonito entre ambos. O al menos, le parecía.
- ...si te narro exactamente cómo va a ser, ¿dejarías de quejarte?
Harry rió.
- ¡Por supuesto!
- Bien, mira esto...
- ¿Qué miro?
Draco se giró para darle una mirada de pocos amigos.
- ¿Qué? Tú dijiste "mira esto".
- ¡Merlín, es una expresión! Bien, imagina esto...
- Mhm.
- Te vas a levantar, tarde, ya en la tarde.
- ¿Por qué tarde? ¡Para entonces ya habrá acabado!
- Escúchame, por favor. O sino, narra tú.
Harry sonrió al ver lo irritado que estaba Draco.
- Lo siento, continúa.
- Te vas a levantar tarde el día antes del partido y yo voy a estar durmiendo todavía.
- ¿Ah, sí?
- Sí.
- Perezoso. ¿No te levantarás conmigo?
Draco negó con la cabeza.
- No. Tú me levantarás con besos. Dudarás al inicio, pero al final la emoción te ganará.
- Mm, suena bien.
- Luego de levantarnos, nos prepararemos. Yo intentaré hacer el desayuno para sorprenderte...
- Eres terrible cocinando.
Draco lo miró con una sonrisa.
- ...pero lo quemaré todo y tú te reirás de mí. Yo fingiré enojarme, pero no lo estaré realmente y tú lo sabrás.
- Siempre lo sé, ¿no es así?
- Sí, siempre lo sabes. Entonces dejaré mi enojo un momento para besarme contigo en nuestra cocina.
- ¿Y luego?
- Luego seguiré enfadado.
- No, no lo harás.
- No, no lo haré. Ambos estaremos emocionados cuando tomemos el traslador.
- Oh, por Morgana, odio esas cosas.
- Lo sé, por eso te abrazaré fuerte mientras nos transportamos. Cuando lleguemos, instalaremos una tienda. Adivina con quién nos encontraremos.
- ¿Con quién?
- Con Lovegood.
- ¿Luna?
Draco asintió.
- ¿Por qué?
- No lo sé.
- Bien.
- ¿Adivina quién más? - Agregó con una sonrisa maldadosa
- No hay posibilidad de que sea Hermione, ¿verdad?
- Ni una.
- ¿Tom?
- ¡Bingo! Y Longbottom.
- ¿Neville?
- ¡Sip! Tú fingirás que es una coincidencia y no invitaste a tu amigo, y yo fingiré que no quedé con Tom.
Harry rió.
- Cuéntame más.
- Mmm, por la noche... ¿qué crees que pasará por la noche?
Draco sonrió con aquella mezcla de maldad, pero también misterio.
- ¿Sexo?
Draco lo reprochó con la mirada y él rió.
- Somos dos adultos de veintiún años, solos en una tienda insonorizada. ¿Qué esperas que conteste?
Draco giró los ojos y se corrió hacia Harry. Perdió el equilibrio por un momento y el moreno tuvo que ayudarle sostenerse sobre la escoba.
- ¿Todo bien?
- Gracias.
Aún estaban los brazos del chico a su alrededor cuando Draco continuó hablando.
- Sí, Harry. Haremos el amor por la noche. Te acariciaré tan suavemente que creerás que es un sueño. Te besaré tan profundo que el sabor de mi boca quedará impregnado en la tuya toda la semana. Recorreré cada pedazo de tu piel hasta que sientas escalofríos y tu cuerpo arder.
- Merlín... - Susurró Harry, atrapado en la mirada de su novio. - ¿Qué más?
- Y... la mañana siguiente llegaremos tarde.
- ¡No!
- Sí - Contestó Draco riendo - Nos vestiremos rápido y te colocarás la camisa al revés por la prisa.
- ¡Suena tanto como yo! - Dijo Harry, riendo
- Sí, es verdad
Draco rió también.
- No te darás cuenta hasta que Lovegood te dice que van gemelos. Te quitarás la camisa y la pondrás al derecho. Solo será unos segundos, pero te robarás varias miradas. Yo me pondré celoso.
- ¿De verdad?
- Sí.
- ¿Cuánto?
- Mucho. Eres muy guapo.
- ¿Y qué harás al respecto?
- Te besaré en frente de todos.
- ¿De veras?
- Sí, porque eres mío. Quiero dejar eso claro.
- Mm, no me molesta.
- Sé que no. Estarás orgulloso, porque puedes presumirle a todos que soy tuyo también.
- Sí, tienes razón.
- El partido estará lleno de emoción. Gritaremos y nos besaremos por cada tanto que marque el equipo de Inglaterra. Cuando Parking atrape la snitch todo el estadio rugirá con fuerza. Será un momento inolvidable.
- Te creo. Te creo.
Ambos se miraron. Estaba oscuro ya. Draco se inclinó y dejó un corto beso en los labios de Harry. Eso era todo lo que necesitaba. Él sabía que todo estaba bien ahora. Era un alivio, de cierta manera. Pero en otra, se sentía bien, normal. Es que ellos eran así. Ellos era algo que simplemente estaba bien. Así era para Harry. Cuando Draco había hablado de un futuro juntos, ni siquiera se había inmutado. Era algo natural, era la forma correcta del mundo. Ambos.
- ¿Estamos bien?
- Sí, estamos bien, mi Harry.
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ᴄᴀʟᴅᴇʀᴏꜱ ᴀʀᴅɪᴇɴᴛᴇꜱ
FanfictionLa vida de los adolescentes no es ni por asomo fácil para la mayoría de ellos, y no es diferente para Harry y Draco. Cuando sobre Harry recae una responsabilidad gigante, al cometer un "error" en pociones y descubrir lo que podría ser la cura para m...