ᴄᴀʟᴅᴇʀᴏꜱ ᴀʀᴅɪᴇɴᴛᴇꜱ

Capitulo final: Historias de amor

— Nunca aprendes, Riddle. 

Harry tomó las bolsas de almendras y las arrojó lejos de ahí, aunque nunca llegaron a aterrizar, pues desaparecieron en el aire.

— Lo olvidé, ¿está bien?

— No, podrías haber asesinado a mi Draco y a mi hijo. Serías un asesino doble — Replicó con dramatismo.

— Harry, solo exageras. 

— Sí, Potter, deja tu drama.

Harry decidió ignorarlo y empezó a partir el pastel. Sirvió, como siempre, la porción más grande para Draco. Una vez empezaron a comer, decidieron hacerlo en silencio. 

— ¡Mira! ¡Mira! ¡Ya empezó! — Señaló Delphi con emoción

Todos llevaron sus miradas al cielo. Brillantes puntos de luz cruzaban el cielo nocturno simultáneamente. Draco se acostó sobre la manta, apoyando su cabeza sobre la pierna de Harry. Delphi, que estaba sentada entre las piernas de Tom, se recostó en su pecho y se relajó para ver la lluvia de meteoros.

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— Ten. Toma. 

— No, está bien. 

—Se te van a congelar las manos. 

Draco tomó el par de guantes que Harry le ofrecía y se los colocó. Se sentía mejor así. El Gryffindor metió las manos en los bolsillos de su chaqueta. Tom y Delphi caminaban unos pasos más atrás. 

— ¿Cómo está Narcissa? — Preguntó Harry, buscando un tema neutral

— De maravilla. Diría que ahora es más feliz que nunca, ya que puede despotricar sobre ti sin ningún tipo de restricción. 

— Nunca creyó que fuera bueno para ti. 

— Ella cree que nadie es bueno para mí. 

— Pero tal vez tenía razón conmigo. 

El silencio reemplazó a su conversación. Estaba haciendo bastante frio, eran dementes por querer caminar hasta casa.

— Creo que tú y yo funcionábamos muy bien. Lo que te dije... fue injusto. Tú y yo no somos iguales. Tomar decisiones es diferente para ti que para mí; y Severus es diferente a Sirius. No había realmente un punto sólido de comparación. Sobre todo porque así somos las serpientes. Cuidamos a los nuestros, y sé que Severus me cuidaría a mí. Jamás permitiría que yo lo cuidara a él si con ello me sacrifico por sus errores. Le parecería una deshonra. Creo que después de todo tu padrino y el mío no son tan diferentes. 

— No, creo que no. Tal vez por eso se enamoraron.

— Estoy seguro de que ya pasamos por tu casa. 

— Te llevaré hasta la tuya. 

— Eres un caballero. 

Caminaron en silencio lo que faltaba hasta la verja de entrada. Cuando llegaron, se detuvieron. Tom y Delphi hablaban entre ellos un poco más atrás. 

— Draco...

— Dime.

— ¿Crees que podamos volver a ser lo que éramos antes? 

Draco negó con la cabeza inmediatamente. 

— No, Harry, por supuesto que no. 

Eso dolía, aunque hubiera considerado ya esa posibilidad.

— Sé que podemos ser mejor que eso. — Afirmó con una sonrisa

Le dio un rápido beso en la mejilla antes de entrar a su casa.