Con los retoños floreciendo, los días haciéndose más largos y el ambiente un poco más soleado de lo usual, Hogwarts le dio la bienvenida a la primavera. La relación de Draco y Harry no estaba en su mejor momento, pero eran felices, y la amistad de Tom y Draco era más fuerte de lo que nunca había sido.
- Hola, querido
- Harry, ¿qué haces aquí?
- Los profesores nos pidieron que nos tomemos una semana libre, dicen que trabajamos muy duro...
- ¿De verdad?
Draco se abalanzó sobre Harry, que sintió el contacto como la cura a todo el cansancio del día.
- Sí, lamento haber estado tan ocupado estos días
- No te preocupes, te entiendo - Dijo Draco con una serena sonrisa
- Por cierto, madre quiere que unamos a las familias en una cena el día de pascua...
- Eso suena bien... si puedo dormir junto contigo
Harry rio armoniosamente.
- Sabes que hechizan las puertas, sería casi imposible
- No hay nada imposible para mí, soy perfecto - Dijo abrazando a Harry por la cintura
- Lo sé, por eso dije casi - Dijo Harry cerca de sus labios
Draco sonrió y juntó sus labios en un dulce y casto beso.
- ¿Y qué vamos a hacer esta semana que tienes libre?
Harry sonrió enigmáticamente.
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Draco apretaba fuertemente la mano de Harry, quien intentaba tranquilizarlo, diciéndole que era experto conduciendo esa cosa muggle, aunque no lo fuera realmente.
- No puedo creer que me dejara meter en una de estas cosas...
- Draco está encantado, es muchísimo más fácil que el muggle, tiene incluso la función escrita en los botones, y están divididos por colores...
- Para iniciar, no puedo creer que la sala de menesteres nos sacara hasta Hogsmeade. ¿No se supone que es imposible salir del colegio? ¿No notarán que no estamos? ¿A que locura me arrastraste, Harry?
- Tranquilízate. No, no es imposible; sí, notarán que no estamos; y a la mejor de tu vida, cariño.
Draco pegó la cabeza al vidrio del auto muggle que Harry había modificado por magia (con un poco de ayuda). No despegó la vista del frente durante al menos la mitad del trayecto, para darle seguridad a su novio, pero cuando sintió que el afloje de sus manos se relajaba, le echó un pequeño vistazo. Draco se había dormido en el asiento, con la cabeza un poco gacha y los labios entreabiertos. Harry sonrió ante la imagen y siguió conduciendo.
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- Draco, llegamos
- ¿Dónde estamos?
- En este momento, en ningún lugar especial; en un par de horas de caminata, en uno verdaderamente único y mágico
Draco le sonrió fascinado, le encantaba caminar, decía que era la única forma en la que realmente te parabas a ver lo que hay alrededor. Aunque él ya se había pasado (el tiempo que no había dormido) mirando por la ventana los árboles, ya que la carretera cruzaba por un bosque.
Caminaron junto con un grupo de muggles. Algunos de ellos los miraban con desagrado, como si les molestara verlos juntos, pero que Harry recordara no conocía a esos muggles y no recordaba haberle hecho mal alguno a un muggle en su vida; al fin y al cabo, terminó ignorándolos, al no encontrar una explicación coherente para su enojo.
Draco de vez en cuando señalaba algo emocionado, agarrando el brazo de Harry y empezaba a hablar de lo curiosos que eran los animales muggles o las plantas o los caminos. Para cuando estaba atardeciendo, finalmente llegaron.
- ¿Qué es eso en lo que los muggles están apretujados?
- Te lo mostraré más tarde, cuando no haya nadie más... los muggles suelen ser un poco competitivos...
- ¿En observar?
- Sí, Draco, en observar
Harry había tenido una obsesión con los muggles desde que era un niño, sabía mucho de ellos. Draco sabía algunas cosas, en tercer año había escogido Estudios Muggles, solo para estar cerca de Potter y poder pedirle explicaciones y tutorías, porque era "terrible en la materia" (aunque realmente era terrible en la materia). Sus familias siempre habían sido cercanas, así que para el joven Potter había sido un placer poder ayudarlo.
- ¡Por Morgana, Harry! ¿Cómo hiciste eso? - Preguntó el rubio impresionado, cuando Harry terminó de armar la tienda de acampar
- Draco, cariño... - Le susurró, al ver el horror con el que los miraban - ...evita utilizar a Morgana en las expresiones, mientras estemos cerca de los muggle...
- Esta bien - Dijo un poco avergonzado
- Si hubieras prestado atención en las clases de Estudios Muggles tal vez lo sabrías...
Los labios de Draco se curvaron en una sonrisa ladina.
- Lo que pasa es que en Estudios Muggles tenía algo más importante que hacer
Entraron a la tienda (que era mágica, así que habían tomado precauciones con los muggles curiosos) hicieron té, desempacaron, acomodaron las cosas y finalmente se tumbaron en una cama doble, que era la única que había ahí.
- Te amo, Draco... - Dijo Harry y se acercó para besarlo
- Yo también te amo
En ese momento, Harry aprovechó la cercanía para provocar a Draco, juntándose mas a él y moviéndose lentamente sobre sus caderas.
- Harry... hay muggles aquí - Dijo con una sonrisa
- ¿Para qué crees que se creó el Silencio?
Draco rio, pensando que seguramente no para eso, pero igual coloco uno no verbal y sin varita, y se dejó llevar por la pasión y la devoción de las caricias de su amado.
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ᴄᴀʟᴅᴇʀᴏꜱ ᴀʀᴅɪᴇɴᴛᴇꜱ
FanfictionLa vida de los adolescentes no es ni por asomo fácil para la mayoría de ellos, y no es diferente para Harry y Draco. Cuando sobre Harry recae una responsabilidad gigante, al cometer un "error" en pociones y descubrir lo que podría ser la cura para m...