CAPÍTULO 21

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Zoe Davis

Había echado tanto de menos subirme a la moto. Mi moto.

Había echado de menos la sensación de libertad y adrenalina que sentía apenas la tocaba. Era subirme a la moto, y todos mis problemas y preocupaciones empezaban a desvanecerse con el aire que flotaba a mi alrededor. Sentir el motor, la carretera, el control, la adrenalina, el cabello flotar por la velocidad... era increíble. No había una sensación que se le pudiese comparar a estar encima de mi moto.

Después de discutir con papa sobre mama, sentía como todo se me iba abajo después de haber pasado una mañana increíble con Nathan. Me había sentido genial con él en todo momento, sin pensar en nada más que en nosotros. Pero la discusión de papa me había hecho salir de mi burbuja, trayendo los problemas de mama y otros que empezaba a notar como cargaban encima de mí. Por eso necesitaba salir de allí, antes de que esa casa empezase a ahogarme.

Y tan solo subirme a mi moto, todo se había desvanecido como por arte de magia. Ya no pensaba más que en la sensación de felicidad que me producía conducir. Era feliz con las cosas más simples del mundo. No necesitaba nada más en la vida.

Y aún estaba más feliz al saber que detrás de mí conducía Nathan con su moto. Nunca pensé que sería un chico de motos. Sé que le gustan los coches, siempre conduce un cochazo, sin embargo nunca lo había visto en moto.

Y me sorprendió ver que teníamos algo más en común, y algo tan especial como lo es para mí las motos.

Aún tengo grabado en mi mente la cara que puso al ver que me subía en la moto. Estaba tan sorprendido, con los ojos tan abiertos, la boca en una perfecta O... Estaba adorable.

Y entendía su sorpresa. No había parado de hablarle de lo insufrible que era en el instituto, siendo una niña pija que buscaba la atención de su madre y sus amigos y hacia cualquier cosa por conseguirla. Hasta que me di cuenta de que nada de lo que hacía me satisfacía, no merecía la pena convertirme en alguien que no era. Tenía que dejar de fingir ser esa niña rica y pija, con una familia que me quería, unos amigos que me envidiaban y un armario repleto de ropa. Odiaba todo eso.

Y cuando deje de ser todo eso, no le gusté a nadie.

Me volví la niña depresiva y zorra... Mama se fue, papa se culpó por no saber como ayudarme y Jake lo dio todo por mí aun sin saber como hacerlo.

Incluso yo me llegué a odiar un tiempo. Me culpaba por esa noche. Pensé que había sido yo, que me lo merecía. El karma por todo lo malo que había hecho.

Fue mi culpa por no haberme acostado con Emmett antes.

Fue mi culpa por confesarle todo a mi mejor amiga.

Fue mi culpa ir esa noche con un vestido precioso un poco más arriesgado de lo normal que había comprado para sentirme más guapa y segura

Había sido mi culpa emborracharme

Había sido mi culpa dejar que se acercaran a mi

Había sido mi culpa beber de ese vaso, ya que nadie me obligó a hacerlo

Fue mi culpa no impedir hacer nada..

Todo lo que paso, fue mi culpa. Era una zorra tal y como decían.

Y me lo llegué a creer todo eso.

Me llegué a creer que era mi culpa. Que fue mi culpa. Muchas veces pensé en que había una vía fácil de acabar con todo el dolor que cargaba, con esa sensación de inseguridad y desconfianza con todo el mundo y más conmigo misma. Y era fácil no saber que había pasado realmente aquella noche, porque lo último que escuché fue un cinturón, nada más. Después fue todo negro y no sentí nada. Por eso prefería que siguiese así, sin saber que paso para no sentir nada sobre aquella noche.

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