SERENDIPITY

CAPÍTULO 32

Nathan Black

Después de que se fuera Zoe, discutí con su madre y con mi padre. Yo sabía que mi padre estaba saliendo con alguien, pero lo que no sabía era que había engañado a mi madre por tanto tiempo.

Entendía cómo debía sentirse Zoe, incluso Jake, porque me había pasado lo mismo. Era coincidencia que sus padres y los míos fueran amigos y que acabarán siendo pareja. Pero mi padre no tenía ningún derecho de decirle sobre la beca a Zoe.

El que se lo tenía que decir era yo. La había cagado por no habérselo dicho antes, pero es que no podía, no sabía cómo decírselo. Estábamos tan bien que solo pensar que nos teníamos que separar me hacía rechazar la beca.

Nada más salí de allí, me fui a la casa de la universidad y me encerré en la habitación. Tenía que dar una respuesta ya, y no sabía qué decir. No quería irme porque eso significaba no ver a Zoe en mucho tiempo, y sabiendo como estaban las cosas ahora, no quería irme.

Por otra parte, sabía que es una oportunidad que no se la daban a cualquiera y estaba agradecido por ello. Sabía que me abriría muchas puertas y sería un pase directo a mi futuro, pero cuando pensaba en un futuro, Zoe estaba en él.

No había hablado con Zoe en toda la semana. De hecho, había sido Jake el que me había ido informando. Estaba bastante cabreada con todos.

Con Jake y su padre por haberle mentido sobre el divorcio, bueno más que mentido, ocultado. Porque a Jake le dejó bastante trauma. Estaba tanto tiempo en la universidad porque no quería volver a su casa, porque volver le recordaba a su madre y al engaño, a la imagen de verla con otro. Él supo que en ese momento su familia estaba acabada. Después de eso pasó el divorcio, que fue difícil emocionalmente. Su padre no se recompuso en mucho tiempo hasta que conoció a Beth.

Pero bueno, que Zoe está molesta con ellos. Aparte, también está asumiendo que su madre fue infiel a su padre y que la había vuelto a ver después de más de un año. También, como todos, estábamos intentando asumir que mi padre y su madre eran pareja y que eran igual de mierdas ambos.

Y, por último, estaba enfadada conmigo por no haberle contado lo de la beca. Sabía que se lo tenía que haber contado justo en el momento en el que lo supe. Pero no sé por qué narices no lo hice en ese momento. Después lo alargué y pasó eso de Gabriella. Cuando la volví a tener entre mis brazos lo último que quería era decirle que me tenía que ir.

Poco a poco había llegado a una conclusión. No sabía si es la correcta o qué, pero era lo que sentía.

Después de una semana, había decidido ir a verla. Teníamos que hablar porque no soportaba estar así con ella.

Me vestí y fui directo a la residencia. Saludé a la recepcionista y subí por el ascensor. Llegué hasta su puerta y llamé. Poco después, me abrió Scarlett.

—Hola —me saludó con una sonrisa.

—Hey.

—Está en su habitación. Yo me voy para dejaros más tranquilos —pasó por mi lado.

—Gracias.

Entré y cerré tras de mí la puerta. Caminé hasta su habitación y piqué. No contestó así que decidí entrar.

Estaba tumbada en la cama, con una camiseta ancha, mirando al techo. Parecía totalmente perdida y distraída. Zoe ya lo había pasado bastante mal, sobre todo estos últimos meses, y odiaba verla así.

—Hola —me acerqué hasta sentarme a su lado.

—Hola.

La miré, ella no me miró.