°Capitulo XXI°

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El demonio abría elegantemente la puerta para ambos jóvenes, con esa mirada decaída pero llena de seriedad los observaba a ambos, y se cuestionaba así mismo la simplicidad de aquella vista, sin embargo algo llamó su atención, pues su pequeño niño se hallaba con la mirada profundamente perdida, confundida, en su expresión solo se podría reflejar el disgusto de saber que era el causante de dicho estado.

-Joven amo, ya hemos llegado- Llamó el mayor sacando al joven conde de tal transe de manera inmediata, solo para ver como en sus ojos se impregnaba la angustia con solo ver a su demonio unos segundos.

Sin embargo, el orgulloso conde avanzó sin dejar mostrarse vulnerable, si, ese era el pequeño ser obstinado que amaba.

Ambos sabían perfectamente que no podrían seguir dejándose llevar por la marea de sentimientos que ahogaba sus seres, debían hallar la manera de priorizar sus obligaciones pese a todo y el conde encontró el momento adecuado de hacerle frente con la cabeza fría.

El menor se acercó lento y serio a su mayordomo, cruzando miradas frente a frente, pero está vez ninguno dejaba ver más allá de lo necesario.

Ve a la zona baja del burdel de Londres, y averigua lo que puedas sobre al administrador Johnson Walker...- Ordenó el conde con un tono gélido, indicándole que no había nada más que mero trabajo, sin embargo un sentimiento efímero invadió al menor -No hagas nada innecesario - Agregó de manera poco esperada para el demonio, palabras que delataron con honestidad sus pensamientos.

-Yes My Lord- se limitó a actar la orden con la reverencia que lo caracterizaba, pues no planeaba nada más allá de hacer sus obligaciones como mayordomo, mientras veía como ambos jóvenes se marchaban, en especial aquella figura adornada de tonos fríos, simplemente soltó un largo suspiro y procedió a actuar de inmediato.

-¿Qué hablaste con Sebastian?- Preguntó la joven de rizos rubios con curiosidad, sin esperar algo muy específico.

-Cosas de trabajo - Respondió el conde con fingido desinterés, sin embargo se hallaba maldiciendose a sí mismo por hablar de más, al mismo tiempo que un agudo sentimiento se formaba en su estómago.

[...]

El demonio divaga en sus pensamientos al mismo tiempo que se adentraba más y más en las oscuras calles de las zonas bajas, a simple vista era fácil deducir por que el número de asesinatos iba en aumento en esa zona.

Fastidiado no lograba sacarse de la cabeza la imagen de su pequeño amo, cuestionadose inútilmente si seguir adelante, pese a que era lo único que podría hacerse.

Sin problema había encontrado una presa fácil y rápida a medida que entraba en aquel callejón estrecho y lodoso, pero la dama que sin pena fumaba en lo profundo de ahí era perfecta para acabar su misión cuanto antes, ni siquiera hacia falta indigar a donde pertenecía, esa ropa mal acomodada y el olor de el pasar de varias personas impregnado sobre su cuerpo era asquerosamente incuestionable.

-Disculpe mi atrevimiento ¿Qué hace una dama como usted en estos lares? - Se acercó cauteloso y seguro a la mujer

-Hmmmmm ¿Quién lo pregunta? - cuestionó enseguida apagando rápidamente su cigarrillo, con mala cara miraba al mayordomía de pies a cabeza.

-Depende de a quien necesite.- Respondía con una voz tranquila y confiada, mientras esbozaba una sonrisa un poco pícara

-La entrada está del otro lado señor, estoy en mi descanso - Respondió con altanería, pues un sujeto acechandola de esa forma solo podría buscar una cosa, pensaba por experiencia. - salga de mi vista-

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2021 ⏰

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