°Capítulo XI°

925 94 28
                                    

-Maldito Sebastian ¿Qué se piensa? - Se quejaba el joven conde dando vueltas en su cama, pues pensar en aquella pregunta no le dejaba dormir - ¿Qué siento por el? ¡Ja! Acaso cree que lo diré tan fácil solo por unas simples palabras, es un maldito manipulador - por más que intentaba conciliar el sueño la noche parecía irse lenta pensado como salir de la situación en la que el mismo se metió - Yo no te diré nada... - susurro cayendo por fin en un sueño profundo.

-Buenos días joven amo- saludo sonriente el mayordomo a su amo a la mañana siguiente, el cual se levantaba con difultad pues no había disfrutado una noche de sueño - Parece que no descanso correctamente- Decía observado sus evidentes ojeras.

-Solo traeme el té- ordenó mirando de mala gana al causante de su falta de sueño. El mayor le sirvió su té como todas las mañanas mientras cambiaba sus ropas.

-Joven amo, lamento molestarlo pero... ¿Ya ha pensado la respuesta a mi pregunta? - Dijo el demonio con una sonrisa dirigida a su amo, gustaba de molestarlo un poco.

-Tsk... - el menor pateo a su mayordomo desafiante mientras este le colocaba sus calcetas - ¿Quién te crees para exigirme eso? - Hablaba con evidente mal humor.

-Hmm creí que usted, un conde, cumplía su palabra. - burlaba el demonio siguiendo naturalmente su labor.

-Tu mentiste al decirme que no había pasado nada, no tengo por qué cumplir mi palabra- reclamaba con mirada seria.

-Solo dije la verdad hasta donde usted solicitó, pudo ordenarlo si gustaba, pero accedió a darme algo a cambio - Sebastian se puso de pie habiando finalizado el labor de vestir a su amo. - Pero después de todo aún es muy joven para esas cosas ¿no es así? - dijo con cierto tono sarcástico, pues sabía como llegar a su amo.

-¡Responderé tu pregunta!- Refunfuño molesto por la última frase - Solo por que eres muy molesto - el menor se paro y salio de la habitación con su mayordomo detrás - Solo dame tiempo... - pronunció sin decir más, su mayordomo lo observó un momento solo para soltar una leve sonrisa.

Bajaron hacia la escalera principal donde se encontraban los sirvientes dispuestos a darle los buenos días a su amo después de algún tiempo, entre pequeñas peleas divertidas el Conde comenzaba a sentir una sensación agradable.

-Joven amo no es motivo para molestarse, solo le recuerdo que tiene una respuesta que proporcionarme- Burlaba el mayordomo con fingido tono serio para molestar un poco a su amo.

-¡Que fastidioso! ¡Te diré cuando lo crea conveniente! - Refutaba molesto ante aquella insistencia.

-¡Buenos días joven amo! - Saludaban los tres sirvientes al unísono con felicidad, pues le complacía ver a su amo feliz nuevamente.

-Buenos días. - respondía autoritario pero conmovido en el fondo de la lealtad de sus sirvientes.

Pronto las actividades en la mansión tomaron su curso como era habitual, con los sirvientes cumpliendo sus labores y el Conde preparándose para su constante papeleo, o al menos en eso parecía hacer, pues recargado en mirando aquella ventana abierta, con la brisa del aire sobre su rostro meditaba sobre lo acontecido

-No debería estar en esta tontería con la venganza por delante... - se decía para si mismo intentando convencer a su mente de la pérdida de tiempo que era, sin embargo no lograba cambiar a su corazón.

-Joven amo, su té esta listo- aviso el mayordomo con unos toques a la puerta, sacando de sus pensamientos al conde quien suspiro resignado.

✘Tsuki no ame✘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora