Bajo la fría noche el conde procuraba acomodarse entre las abrigadoras sedas de su cama, y entre aquellas cuatro paredes silenciosas, hacia de la vista gorda a la presencia de su mayordomo, después del amargó día que había vivido era un alivio el poder descansar finalmente, o ese era su objetivo ante los ojos del mayor a quien le guardaba un no tan justificado resentimiento.
-¿Aún sigues molesto? - Cuestionó el mayor situado al lado de su amo, habiendo terminado su labor principal de prepararlo para si descanso.
-No estoy molesto, vete o Elizabeth podría sospechar - contestó frío mientras se acomodaba del lado contrario al mayor, evitando su mirada que no le permitía mentir.
-Si no me dices el motivo de tu molestia no habrá manera de que pueda hacer algo - insistía el demonio, aunque su preciado niño lo negara, a veces era necesario hablarle como tal.
-Ya te dije que no estoy molesto - Fruncia el ceño mientras se encogia en su cama, indispuesto a confesar cualquier cosa -¡Ya vete!
-Hmmm... - El demonio arqueo una ceja, tomó a su amo del mentón y lo trajo hacia él , encontrándose su cara molesta - Es importante para las relaciones humanas ser sinceros entre sí - Decía con seguridad, tan sólo mencionar la palabra "relación" ponía nervioso a Ciel, que pese a la seguridad que mostraba, no se terminaba de acostumbrar.
-Tu no eres el indicado para decirme eso cuando tampoco lo haces - reclamo apartándo bruscamente la mano de su demonio y tapándose la cara con su manta.
-¿Y podrías decirme el por qué? - El mayor se inco al lado de la cama de su pequeño, dispuesto para conversar con él.
-Tu tampoco me dices nada...-Dijo en voz baja, estaba doblegando demasiado su orgullo últimamente, ni siquiera se reconocía a sí mismo.
-¿Y que es lo que crees que no te digo? - insistía el demonio, sin un incentivo sabia que el menor jamás hablaría.
-¡Todo! - levantó la voz retirando la manta de su cara y sentándose en la misma, quedando cara a cara - ¡Nunca me dices las cosas que te molestan, o como te sientes, cuando algo no te gusta! Solo mantienes esa estúpida sonrisa siempre, no se nada de ti y esperas tratarme como un maldito niño que no se entera de nada, y eso me fastidia mucho - declaró bastante exaltado.
-¿Y eso tiene algo que ver con lo que sucedió en la tarde? - preguntó el demonio con confusión, ya no entendía la relación que tenía un asunto con otro.
-¡No lo sé! ¡Solo me molesta que estés ahí y no digas o hagas nada! - se defendió el joven niño, a pesar de que sabía que no tenía relacion con lo anterior acontecido - Tu solo preguntaste por que estaba enojado.
-Hmmmm ya veo - suspiro el demonio intentado no reír ante el inocente reclamo de su amo.-Entonces prefieres que te sea sincero en si totalidad ¿no es así?
-Cualquier persona quisiera eso demonio idiota - el conde seguía esperando una respuesta satisfactoria. - Me cuesta saber qué hacer si tampoco se como te sientes o que piensas.
-Pero me temo que no siempre puede ser así cariño - Respondió con tranquilidad.
-No me digas así, suena repugnante - se quejo algo apenado por el ridículo sobrenombre - Y... ¿Por qué no es posible? - La respuesta del demonio sólo logró confundirlo, no se explicaba la razón de su respuesta.
-Ciel, sabes que los demonios sólo traen consigo caos y maldad, y eso nunca cambiara, el hecho de que llegue a sentir algo por un humano no significa que mi naturaleza mórbida será diferente, no pienso ni siento como lo haría un humano, mostrar mis sentimientos con total sinceridad solo provocaría que repugnes aún más mi naturaleza y a mi - Explico con total serenidad, y el joven conde sabía que tenía razón, ya lo sabía de antemano, buscar la normalidad en una relación tan extravagante como la que tenían era absurdo e ilógico.
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✘Tsuki no ame✘
Hayran KurguEl orgullo e inseguridad se anteponen ante los sentimientos del conde Ciel Phantomhive, y la confusión lo invade para aclarar los verdaderos pensamientos que se han ido desarrollando por su frívolo demonio, quien complicará aún más tomar sentido a l...