Ni una sola palabra le había dirigido aquel mayordomo a su pequeño amo desde que le vio a primera hora, todo era un silencio incomodo que prevalecía, sin contar la cara de evidente amargura impregnada en su rostro. El Conde Phantomhive se encontraba perdido entre aquel disgusto por parte del mayordomo que lo torturaba de poco a poco, miradas secas que le dedicaba al verlo y palabras fuertes y precisas sumergía a Ciel en un abismo de dudas, parecía que su demonio lo odiaba de la noche a la mañana, y eso le inquietaba, como se atrevía a tener tales actitudes hacia el siendo su amo, intento pensar evadiendo el molestar y tristeza que realmente le ocasionaba eso.
-Joven amo, su desayuno está listo.-le nombró el mayordomo, pero no con el mismo tono de siempre, si no más bien lo llamaba casi despectivamente; El pequeño Phantomhive a pesar de eso intentó disfrutar de su galante desayuno, se veía tan exquisito como siempre, al fin podría disfrutar de un desayuno tranquilo, o eso pensaba.
-No sabe mal... - No era el mejor cumplido que podía obtener de su orgulloso ser, pero hacía el intento.
-Tengo más obligaciones que hacer por ahora, me retiro.- Dijo aquel mayordomo con una pequeña reverencia dejando solo a su amo en esa gran y solitaria mesa, normalmente se situaba a su lado a la hora de comer y permanecía con el, aunque fuese en silencio Ciel se sentía acompañado, pero en esta ocasión no fue así, esta vez solo se quedó observando como se iba mientras fruncia el ceño y comía más rápido y fuerte, casi azotando el tenedor contra el plato, una pequeña rabieta que evidenciaba su molestia.
Después de terminar su desayuno solo se recargo aburrido en aquella mesa, no tenía mucho trabajo que hacer hoy, tampoco es como si quisiera realizarlo, leer no le apetecía ahora, y mucho menos tenía con quien disfrutar de una buena partida de ajedrez, se dio cuenta de lo solo que realmente estaba, hace tanto que no se sentía así de vacío, sentimiento repulsivos que creyó se habían ido para siempre.
-Maldito demonio, el que debería estar de ese humor soy yo- Se decía para si mismo el Conde mientras jugaba con su tenedor, quería hacerlo volver por mero capricho, si el estaba aburrido también quería amargarle el día a su mayordomo, tras ese ideal escondía sus verdaro sentir, simplemente quería estar a su lado y el solo considerarlo le daba repulsión de si mismo, el no necesitaba a un estupido demonio ¿No es así?
Una idea vaga y perversa se cruzo por su cabeza, tal vez si por accidente dejaba caer aquel vaso de vidrio con un poco de jugo sobrante, Sebastian vendría a limpiar y lo vería unos minutos, pensó tal como un pequeño niño en busca de atención... Recapacito su propio pensar y abrumado se cubrió la cabeza al darse cuenta de lo patético que se veía, como era capaz de actuar así, era casi un berrinche, incluso se empezaba a aterrar de si mismo, rendido miro de reojo dicho vaso... "¿Qué tan malo sería si lo hiciera?" intentaba negarse con la conciencia, pero su mano se movía sola llevando aquel recipiente a la orilla.
El estruendo del cristal delgado quebrandoce contra el piso se escucho por toda la habitación, Ciel se arrepintió en seguida de su travesura al escuchar pasos que se dirigían hacia a él rápidamente, los nervios de su acción lo atraparon unos segundos.
-¿J-Joven amo esta bien? - La joven ama de llaves llego preocupada corriendo torpemente hacia su amo después de pensar que este se había lastimado. Ciel cambió su semblante al saber que se trataba sólo de Meyrin, casi se podría decir que se desilusiono.
-Estoy bien, encargate de eso. - Dijo el Conde con desinterés mientras la pelirroja limpiaba lo restos de vidrio. -¿Haz visto a Sebastian? - Preguntó sin rodeos.
-N-No, no lo eh visto en t-todo el día Joven amo ¿L-lo necesita? - Decía entre pausada como ya era costumbre. Ciel enseguida confirmó sus sospechas, ese demonio lo estaba evitando, enseguida se amargo más de lo normal, era prácticamente como si le ignorara, y eso lo molestaba.
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✘Tsuki no ame✘
FanfictionEl orgullo e inseguridad se anteponen ante los sentimientos del conde Ciel Phantomhive, y la confusión lo invade para aclarar los verdaderos pensamientos que se han ido desarrollando por su frívolo demonio, quien complicará aún más tomar sentido a l...