°Capitulo IX°

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-Vamos Conde, esta muy amargado está noche como de costumbre - Molestaba el chino al pequeño Phantomhive quien solo le dedicaba una mirada de completo fastidio.

-Este tipo de reuniones me parecen sumamente aburridas, y aún más si estas tu aquí - Se quejaba mientras se acomodaba en su silla en señal de cansancio - Ansío que termine pronto. - bien era sabido que Ciel detestaba dichas reuniones de negocios con algunos de sus allegados, sin embargo conservaba etiqueta, exceptuándo al joven chino que solía agotar su paciencia.

-Hemos terminado por hoy. - Decía como protocolo uno de los inversionistas de dicha reunión; Frente a lo antes mencionado todos se paraban de su lugar para conversar entre ellos mientras que el conde estaba más que dispuesto a marcharse.

-Ehhhh ¿Se retira tan pronto? - Le detenía Lau con fingida tristeza -Pero si lo bueno apenas empieza - convencía mientras le entregaba una copa con fino alcohol que el mismo había traído.

-Yo no tomo esas cosas, es patético - Enojado apartaba su mano y seguía su curso.

-Es de entender, después de todo aún es un niño ¿No es así? - decía como último recurso; El chino había dado justo en el clavo, pues el conde freno en seco, tal frase le parecía un desafío.

-¿Niño?- Cuestionaba sarcástico mientras arrebataba de su mano aquella bebida y la bebía frenético de un solo sorbo, limpiandose con su manga las gotas en su boca, le dedicó una mirada penetrante -Soy el Conde Ciel Phantomhive - Repitió autoritario mientras le entregaba la copa en señal de rellenarla.

-Sabía que no me fallaria - Felicitaba con Ran-Mao en brazos mientras el conde se incorporaba en aquel ambiente.

-¿No hay algo más fuerte? Esto apenas y se siente- retaba jactansioso moviendo la copa en señal de burla.

-Vaya Conde, si es todo un hombre ya - Decía divertido el chino rellenando aquel recipiente del menor una y otra vez con diferente contenido.

Al principio desafiante bebía con decisión hasta incluso perder la cuenta de las veces que le devolvían aquella copa que comenzaba a regar su contenido en sus pequeñas manos a medida que pasaba el tiempo. No tardo mucho para que la tarde se volviera en noche, el mayordomo quien esperaba en otra sala estaba preocupado por su amo, a quien apenas entró, encontró mareado y tambaleándose de un lado a otro.

-¿Joven amo? - llamaba el mayor con una cara de completo disgusto, pues por el olor y ambiente del lugar no era difícil adivinar lo sucedido.

-¿Sebastian...? - El pequeño Phantomhive con la mirada confundida y palabras flojas se dirígia topermente y a paso errado hacia  a su mayordomo

-Disculpe mayordomo, le advertí que no sobrepasará sus límites pero el conde suele ser muy testarudo. - Burlaba el mayor viendo como el demonio sostenía a su amo quien apenas y podía mantenerse en pie.

-Disculpe los inconvenientes de mi amo, nos retiramos por hoy - Decía con elegancia mientras cargaba a su amo en brazos y le dedicaba una mirada fulminante al chino que siento un escalofrío ante tal acción.

-Sebastian tengo hambre.... Tráeme algo dulce - hablaba casi en balbuceos el conde mientras su demonio lo llevaba a la salida.

-Fue una total imprudencia de su parte - Regañaba al conde que yacia en sus brazos mientras este se acurrucaba en posición de quedar dormido.

-Eres un amargado, solo fue un poco de jugo... - hablaba entre hipo,el pequeño halaba de las ropas del mayor en señal de molestia mientras que apenas y podía mantenerse despierto.

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