°Capitulo II°

1.5K 145 97
                                    

-Joven amo, es hora de levantarse- el sol se asomaba entre pequeños rayos que entraban en la habitación, el mayordomo perfecto levantó sutilmente a su pequeño amo, como era su costumbre, deslizó las cortinas mientras el menor abría los ojos entre sueño y cabellos despeinados.

Ciel veía como la rutina diaria se repetía mientras terminaba de procesar todo, a su memoria venía lo sucedido ayer en la noche, a su vez observó que su mayordomo actuaba como si nada hubiera ocurrido, le ponía su ropa, le ataba su listón y le ofreció el té matutino que había en la pequeña bandeja.

-Esto es solo agua con color, sabe horrible. - Ciel dejo el té a un lado - Llevátelo, ya no quiero.- El conde Phantomhive no olvidaba tan fácilmente, y por lo visto esa mañana no estaba del mejor humor, al demonio le avecinaba un largo día.

-Como desee joven amo.. - respondió con aquella sonrisa sarcástica mientras en el fondo no faltaban ganas de expresar su molestia.

-¿Cómo esta Elizabeth?-Preguntó el joven conde repentinamente, como si de provocar al demonio se tratara.

-En excelente estado Joven amo, en poco tiempo estara el desayuno y podrá preguntarle usted mismo.- su actitud serena y pacífica dejo perplejo a Ciel, pues estaba hablando con el mismo demonio que la llamo estorbo anoche, o tal vez exagero las cosas, pensó.

-Está bien... ¿Qué hay para el día de hoy?- pregunto serio

-Hoy tiene la agenda libre, puede pasar el día con la señorita Elizabeth si gusta- el Semblante de Sebastian no cambiaba, sin embargo decía aquellas palabras a propósito.

-¡Eso haré!- grito retandolo.

[...]

El pequeño Conde bajaba de su oficina, pues el desayuno ya estaba listo, no hacía falta notar la presencia de su prometida, ya que su voz rechinaba a distancia, apenas llegaba y ya sentía a su ser rogándole regresar, pero el mismo se había empeñado en pasar más tiempo con Elizabeth, creía que era la mejor solución al tormento que se le avecinaba.

-¡Ciel!- gritaba la joven mientras corría directo a abrazarlo bruscamente como siempre - ¡Buenos días! No bajabas de tu aburrido despacho y creí que me dejarías plantada, ¡estaba a punto de ir a buscarte!-Hablaba rápido y con alegría, pues para ella su prometido era su adoración.

-Buenos días Eliz-Lizzy.. - intento decir amablemente, pues ya hacía años que no usaba ese cariñoso nombre con ella.

-¡Ciel!- gritaba aún más feliz la rubia apretando más al Conde.

-Joven amo, el desayuno está listo, le pido que tomen asiento. - interrumpio el mayordomo con la sonrisa de siempre.

-Ya era hora ¡Estabas demorando demasiado! -Ciel levantó la voz y habló con brusquedad -Espero que lo lo arruines esta vez. - incluso la pequeña tomó asiento en silencio, pues el ambiente se volvió pesado de inmediato.

-No se preocupe Joven amo, esta vez puse más cuidado. - Apenas le afectaba el comportamiento de su pequeño amo, o eso parecía. Sirvió elegante la comida, se veía y olía exquisita como siempre, la presentación solo la hacía más apetitosa, el sabor inmaculable como era de esperarse del mayordomo perfecto.

-Esta insípido. -Se quejo rápidamente el conde después del primer bocado. -Te pudo haber quedado mejor.-

-A mi me gusto mucho Sebastian... - Sonrió la pequeña intentado calmar el ambiente.

✘Tsuki no ame✘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora