°Capitulo III°

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-Joven amo, le dije que se enfermaria pero no me escucho.-

-¡Callate idiota!- exclamaba enojado el joven Phantomhive mientras ardía en fiebre y una tos inconfundible, su mayordomo le colocaba compresas de agua en su frente y abrigaba como era debido.

-No grite así o se terminará estropeado la garganta. -El pequeño Conde había despertado terriblemente enfermo a causa de las frías temperaturas a las que se vio expuesto el día anterior, y como era de esperar su mayordomo procuraba su salud, con cuidado velaba por el desde que se levantó en deplorable estado.

-Si la temperatura sigue subiendo de esa manera me temo que tendrá que pasar aún más tiempo en cama.- Reprochaba Sebastian a su pequeño contratista.

-Ni me lo digas. - Ciel solo se acurrucaba molesto en su cama, pues sabía que sólo se le juntaria más y más trabajo a parte de tener que soportar las molestias que le provocaba. -¡No estoy de humor para perder el tiempo así!

-¿Quiere que le informe a Lady Elizabeth que no podrá acompañarla el día de hoy? - Sebastian sentado al lado del Conde media su temperatura concentrado con el termómetro de mano que tenía a un lado.

-¡No le digas nada!- grito en sobresalto apenas se menciono a Elizabeth. -Solo dile que tengo mucho trabajo, si se entera querrá estar metida en mi habitación y estoy cansado.-

-Si sigue gritando así estoy seguro que sabrá sin necesidad de decirle- Sebastian rio molestando un poco a su joven amo como de costumbre. - Vaya, parace que ya se acabó el encanto del Conde romántico de ayer. -suspiro burlando a su amo quien solo lo miro molesto.

-¡Guarda silencio!- Grito apenado el Conde pues dicho comentario le hizo recordar su patética actuación con Elizabeth - Tenía mis razones... - declaró con un ligero sonrojo.

-Hmmm, ¿será que sus hormonas adolescentes estan despertando joven amo? Sabe que si es así es siempre puedo darle consejos, no sea tímido, está hablando con demonio experto en el tema- Sebastian se sorprendía por el crecimiento de su pequeño contratista, pero no le convencía del todo a quien pensaba, iba dirigido ese amorío.

-¡No es eso!- Ciel le lanzó la almohada que tenía a la mano por dichas palabras que consideraba vergonzosas, y para su mala suerte no del todo erróneas, pues si bien era cierto que experimentaba nuevas emociones, iban dirigidas a la persona menos indicada.

-No se altere joven amo- Regañaba con una pequeña sonrisa. - Es normal a su edad el enamorarse por primera vez - Decía tranquilo mientras acomodoba nuevamente la almohada recién lanzada junto a él.

-¿De verdad lo es? - el se comenzaba a poner un poco nervioso pero sin su personalidad caprischosa de siempre.

-Claro, y más si se trata de una linda jovencita como lo es Lady Elizabeth-.

-Hmmm... - Era cierto, se supone que a su edad debería ser normal estar atraído por la que se supone era su prometida, pero al pequeño Phantomhive la vida le estaba dando una dura jugada, pues lo que creía estaba comenzando a ser símbolo de atracción estaba dirigido a otra persona, y no sabía como manejarlo, el gran pero guardian de la reina, Ciel Phantomhive estaba perdiendo una de las más complicadas batallas de la vida, pero su orgullo no le permitiria ceder, y menos ante un ser oscuro del cual dependedia su vida y sus sentimientos.

Las palabras de su mayordomo le hacían dudar, como debería responder a eso, mentir o ser cauteloso, se sentía casi en presión con esos temas que le atormentaban, con lo que era y lo que debió ser.

✘Tsuki no ame✘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora