°Capítulo X°

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"Mi pequeño niño, la verdad es que yo también siento algo que nunca había experimentado en mis largos años de soledad, este demonio a quedado a su merced desde hace tiempo, de manera tan inestable que ni yo me puedo controlar a la sensación en el pecho que me produce. Juro proteger su frágil corazón, incluso de mi; pese a las circunstancias yo seguiré siempre a su lado. Puedo asegurale que a usted le corresponden los sentimientos de este demonio"...

-¡Ahhhhh! - El pequeño conde se levante rápidamente de su cama, con la respiración acelerada y sudor frío se tocaba a sí mismo, pues la sensación de un abrazo cálido no se iba, como todas las mañanas se estaba haciendo hábito - Solo fue un sueño... Otra vez- Decía tocandose la frente casi preocupado - Pero se sentía tan real- el pequeño miraba sus manos recordando tan detalladamente aquel dulce sueño que parecía imposible, su corazón se aceleraba repitiendo en su cabeza aquellas palabras llenas de cariño y se alaba las ropas de su pecho intentando callar los latidos de su corazón; se levantó con pesadez de su cama y se dirigió al baño, abrió la llave y tomó un poco de agua entre sus manos para llevarla a la cara, se miro un rato al espejo mientras por su mente pasaban los recuerdos tan claros como el agua, pronto al verse en su reflejo un escalofrío y asombro recorrió su columna - ¡Sebastian!- Grito mientras salía rápido del cuarto de baño.

-¿Qué sucede joven amo? - entraba rápidamente el mayordomo temiendo que algo le hubiera ocurrido a su amo quien lo llamó repentinamente.

-¡Sebastian!- Corría con dificultad el menor recargandose en los brazos de su mayordomo, el cual lo tomó enseguida.

-¿Le sucedió algo? - preguntaba preocupado mirando la habitación en busca de respuesta.

-¡Esa noche! - el conde intentaba ordenar sus ideas con dificultad.

-¿Qué noche? - Sin entender nada el demonio procuraba comprender las palabras de su amo

-¿Qué pasó realmente esa noche? - insistía el menor desesperado, pues los vagos recuerdos solo lo situaban a ese día.

- No comprendo lo que quiere decir, hable más despacio - Sebastian al ver que no había ocurrido nada hablaba com más paciencia.

-¡Hace una semana! No recuerdo nada de esa ocasión - Ciel se sentaba en la esquina de su cara mientra buscaba respuesta en su demonio.

-Ahhh, en aquella reunión donde quiso hacerse el maduro - El demonio cruzaba sus brazos en signo de molestia, pues ese incedente aún no lo tenía contento del todo.

-Si... Esa vez... - Respondía el menor con un pequeño puchero tomando sus rodilas - ¿Paso algo llegando la mansión? - Preguntó desviando la mirada.

-¿Solo por eso era tanto alboroto?- el demonio se llevaba un dedo a la frente exasperado- Ya le dije, solo decía palabras sin sentido y quedó dormido al momento - Sebastian se arrodillo poniéndose a su altura, hablando con la mayor sinceridad que tenía, pero no era suficiente para su necio niño.

-¿Estás seguro? - Insistía arqueando una ceja.

-Si joven amo, eso fue todo, ahora vuelva a la cama y aproveche los pocos minutos de sueño que le quedan.- Sebastian tomó a su amo arropandolo nuevamente en su cama

-Sebastian, recuerda que no puedes menti-

-Si es todo me retiro por el momento, aún tengo asuntos que antender, volveré en un momento con su té- hablo rápido el mayordomo interrumpiendo abruptamente a su amo, acto que no pasó desapercibido por el menor, el cual solo veía como se marchaba de prisa después de mencionar aquello.

✘Tsuki no ame✘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora