°Capitulo VI°

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Los días tomaban su curso en mansión Phantomhive, el clima frio con leves vientos helidos, el cielo nublado a tempestad y las pequeñas gotas de lluvia adornaban el entorno, un paisaje que solo era deleitable en aquel páramo donde se ubicaba el gran hogar del Conde Phantomhive. Sin embargo, la calidez era nula dentro de la mansión, aquel amo y mayordomo quienes habían pasado por tanto no se dirigían la palabra desde hace días ¿La razón? Una inusual mezcla de orgullo y vergüenza por parte del Conde, si Sebastian tomaría esa actitud, el podía hacer lo mismo, no necesitaba de él más que para cumplir su venganza, o eso repetía una y otra vez, mientras que por parte del mayordomo predominaba el miedo a dejar salir sus impuros instintos mancillando su imagen como mayordomo y como demonio.

Todo era cortante y seco entre ambos, se acabaron las atenciones especiales y juegos rudos entre ellos, repuestas cortas y peticiones concretas eran lo único que se intercambiaban mínimamente, sumado a aquella postura en la que ambos parecían no importarles ese trato, pero por dentro las cosas eran completamente diferentes. Lo que el conde no podía expresar con palabras salía a flote con pensamientos y acciones, por más que intententara convernserse a sí mismo, la respuesta era muy clara.

-Tsk- Chasqueaba la lengua aquel pequeño y molesto conde mientras apuñalaba su comida con su tenedor y la comía rápido y fuerte. Su mayordomo ni siquiera estaba ahí para verle, pues últimamente siempre tenía una excusa para escapar de su joven contratista, y eso lo sabía Ciel perfectamente.

-J-Joven amo ¿Le ocurre algo? - Decía nerviosa la pelirroja quien le hacía compañía a su joven amo de casualidad.

-No tengo nada, continúa con tu trabajo. - Contundente respondió el conde.

-¿T-Tiene algo que ver con el señor Sebastian? Joven amo yo... - Casi al instante de pronunciar esa nombre el pequeño conde golpeó con fuerza la mesa en señal de molestia.

-¡Dije que no tengo nada! Mucho menos tiene algo que ver con ese incompetente mayordomo. - Era más fácil colmar su paciencia los últimos días, y los sirvientes eran más que testigo de ello.

-¡D-Disculpe Joven amo!- La ama de llaves salió casi huyendo de aquel lugar, pues tal grito era para poner de nervios a cualquiera. - El joven amo sigue molesto... - Decía la pelirroja a sus compañeros mientras entraba a la cocina.

-El señor Sebastian también - Finny declaraba decaído pues no hace unos mnutos lo había comprobado el mismo.

-De seguro discutieron, no tienen por qué alterarse tanto. - desinteresado aconsejaba Bard mientras se colocaba un cigarrillo en la boca.

-El Joven amo y el señor Sebastian no deberían pelear, son como mejores amigos... - Lagrimeaba el menor.

-A veces hasta los mejores amigos pelean Finny, Bard tiene razón, lo resolverán - Resiganda la sirvienta consolaba al rubio.

-Pero el joven amo está muy triste - Insistía el menor.

-Está más enojado que triste, Finny. - La joven intentaba no darle muchas vueltas al tema.

-No, yo sé que el joven amo está triste, se le nota en la mirada...-

[...]

El pequeño Ciel Phantomhive se encerraba en su despacho como todas las tardes, papeleos y documentos eran lo único que le esperaban ahí, se había vuelto una rutina, una que no le gustaba tanto. Se acomodó en su silla aterciopelada con papeles en mano dispuesto a trabajar, leyó unos breves segundos, y apoyó su cabeza contra la mesa completamente fatigado.

✘Tsuki no ame✘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora