Mi buen padre murió hace cosa de cinco años; y mantuvo hasta el final un apego tan firme al señor Wickham que me dejó recomendado particularmente en su testamento que lo favoreciera de la mejor manera que permitiese su profesión.
Orgullo y prejuicio, Jane Austen
Las sillas habían desaparecido en la sala de guerra y sobre la mesa había extendido un mapa del país, el más reciente que se había conseguido. Seungcheol permanecía en un rincón de la habitación desde el que podía observar todo a su alrededor, una manía que había adquirido cuando era su líder y quería mantenerles constantemente a salvo. Jeonghan permanecía con una taza de te cerca de Jihoon, tratando de no mirar a su marido perdido. Había tenido una charla con su príncipe y los dos habían acordado que era mejor dejar que siga su curso. Forzar sus recuerdos podía ser bastante negativo y traumático. Aún así, aunque entendía que era lo mejor, le costaba no decir que se apellidaba Choi o acercarse a él.
Soonyoung permanecía callado en otro rincón cerca del hechicero que había acogido a Jihoon con tanta rapidez y su mujer halcón que se había enamorado del joven mago en cuanto apareció. No había dejado de darle comida asegurando que había que meter más carne en ese cuerpo y se había ofrecido a traerle una silla cuando lo vio cansado. El resto de la habitación estaba ocupada por todos los hombres y mujeres que habían ayudado a su rescate, el encargado de aquella facción de los rebeldes y su mejor soldado, un vampiro que no dejaba de admirar al príncipe porque no había conocido a ninguno con magia.
— Cómo os conté para reunirnos, nuestros problemas han aumentado —Chasqueó los dedos y la lámpara sobre su cabeza aumentó su intensidad para iluminar mejor el mapa—. Nuestro mayor objetivo ahora mismo es dar con el resto de mi equipo, sin ellos hacernos con el país va a ser mucho más difícil. Lo siento chicos, pero creedme, un dragón puede hacer mucho daño —Apoyó sus manos en la mesa y miró a todos los presentes—. Para poder recuperar a Seokmin tenemos que enfrentarnos a Joshua.
— ¿Joshua? —Preguntó Seungcheol con el ceño fruncido—. Pero eso no puede ser, él no sería capaz... —Se calló al darse cuenta de que hablaba como si lo conociese, pero él no sabía quién era, a no ser que... Abrió los ojos desconcertado. Siempre que estaba con Jihoon y Jeonghan se sentía cerca, como si los conociese. Ahora había defendido a Joshua y sentía el impulso de salvar a Seokmin. Había llagado sin familia, sin memoria y con heridas graves, ¿Era posible que...?— Vosotros sabéis quién soy —Cuando Jihoon apartó la vista y Jeonghan bajó la cabeza, se giró a Soonyoung que lo miraba con tristeza. Él lo sabía, lo había descubierto antes que él—. Cómo amigo que eres dime quién soy, Soonie —Apretó sus brazos con tanta fuerza que sus manos se convirtieron en garras y tuvo que soltarse.
— Lo siento, Seungcheol —Dijo el hechicero tomando la decisión de contárselo. Ya había caído en que sus emociones estaban completamente ligadas al antiguo clan, no tenía sentido tratar de ocultarlo—. Jeonghan y Jihoon pensaban que puede ser traumático recordar de golpe y yo estaba de acuerdo, así que, por favor, no te enfades con nosotros por pensar que podría ser mejor para ti —Suspiró sintiéndose reconfortado cuando el vampiro colocó su mano en el hombro en señal de apoyo.
— Lo que Soonyoung quiere decir es que eres uno de nosotros, tuviste que llegar antes que Seokmin y yo, posiblemente antes que Joshua si la descripción es correcta —Confesó al fin dejando la sala en silencio. Los rebeldes intentaron no mirar a Seungcheol, pero no podían evitarlo. Era el mejor cotilleo que habían escuchado en años.
— Dios, ¿Tenéis algo más escondido en la manga? —Silbó divertido el hechicero pasando el brazo por los hombros de su mujer—. Recapitulemos, este —Señaló a Seungcheol sin poder borrar la risa en su rostro—. es un caballero como vosotros y el tal Joshua al que tenemos que enfrentarnos era amigo vuestro ¿No? Madre mia, por las zarpas de Huntlu, que es lo siguiente en esta historia ¿El grandullón tiene alguna mujer u hombre del que no tiene constancia?
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La leyenda del clan Lee I. Sangre y hechizos - Soonhoon
FantasySu existencia se convirtió en una leyendo y en el susurro de la noche, mientras los soldados del rey no podían escucharlos, los que resistían al nuevo orden hablaban de seis estatuas de piedra con rostros contorsionados por el horror y la tristeza...