Descargo de responsabilidad: Fate y sus derivados, no me pertenece, toda su historia y personajes pertenecen a Type moon.
El aire cargado de humo, el calor de las llamas, el olor a carne quemada. Lo primero que vio fue aquel infierno llameante, es l...
El sonido de un martilleo constante se repitió una y otra vez...
¡Tunc! ¡Tunc! ¡Tunc...!
Con cada golpe, las chispas saltaban, como pequeños destellos. ¿Quién estaba forjando? Él no lo sabía; pero, por alguna razón, estaba acostumbrado al sonido del martilleo, le traía calma el escucharlo.
—Finalmente...
Él escuchó una voz entre los martilleos, era baja y distorsionada.
—¿La conexión se está perdiendo? Bueno, no importa, volverás aquí eventualmente. Tú lo lograrás... serás... mi... último trabajo...
Él abrió sus ojos, su cuerpo se sentía rodeado por intensas llamas, como en el gran incendio de Fuyuki. Pero había algo extraño, generalmente, cuando soñaba con algo relacionado con llamas, estas no le traían buenos recuerdos; sin embargo, esta vez era diferente. Las llamas lo estaban rodeando y lo estaban transformando. Shirou intentó abrir sus ojos para oír a la voz que intentaba comunicarse con él, por un momento, lo logró, y lo que vio fue: el martillo, cayendo rápidamente hacia él. La parte racional de su cerebro le decía que lo esquivara y huyera; pero, la parte de él que lo mantenía en trance, le hizo cerrar sus ojos y esperar el golpe.
¡TUNC!
Y así, el martillo cayó...
—Después de tanto... Es hora de volver a forjar...
—¿Eh...? —Shirou abrió sus ojos y se encontró con un techo conocido—. Esta es... ¿Mi habitación?
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El joven pelirrojo se encontraba acostado en su futón, en sus manos todavía se encontraba sujetada fuertemente la katana. Él se quedó mirándola con una mezcla de emociones en su interior: fascinación, respeto, admiración e, incluso, algo de miedo.
—¡Shirou! ¿¡Estás bien!? —Kiritsugu acababa de entrar en la habitación llevando una bandeja con agua y toallas, él corrió rápidamente a su lado.
—Sí. Qué... ¿Qué me pasó?
—Sufriste una apertura forzosa —contestó el viejo usuario de hechicería.
—¿Una apertura forzosa?
Kiritsugu asintió—. Sí. Verás, Shirou, cuando un usuario de hechicería empieza a aprender a utilizarla, lo primero que debe hacérsele es: abrir sus circuitos mágicos. Estos se encuentran cerrados por naturaleza, y solo después de ser abiertos pueden comenzar a ser utilizados. Generalmente, esto se hace mediante un pequeño ritual, pero, en tu caso, fueron abiertos sin ninguna preparación y de forma brusca. Esto causó que te desmayaras y que tu temperatura comenzara a aumentar.
