Flor de Acero | *Reiner Braun*

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-Detente por favor!-.

-Se va a arrepentir de todo el daño que me ha hecho-.

-No te dejes llevar por la rabia y el odio, te matará!-.

-Sal de mi cabeza, tu misma dijiste que yo era un monstruo, es hora de que todos me conozcan!-.

-No lo hagas Strelizia! Es peligroso!-.

-Se va arrepentir, de haber nacido en este mundo...-.

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-Litzia...despierta-.

La suave voz de la pesona que estaba a su lado la sacó de aquel extraño sueño, tenía el rostro lleno de lágrimas, el cuerpo le temblaba y estaba sudando, pero no recordaba nada de lo que había soñado. Giró su rostro en busca de aquella persona encontrándose con sus ojos de color como el oro, rápidamente se abrazó a él, por algún extraño motivo sin saber cómo ni porqué, sentía miedo, necesitaba la calidez y protección de Reiner.

-Tenías una pesadilla, ¿verdad?- la abrazó con fuerza mientras acariciaba sus largos cabellos.

-Si pero no recuerdo nada- escondió el rostro en el pecho de su pareja.

Se mantuvieron un par de minutos en silencio mientras seguían abrazados, aún era de noche, solo la luz de la luna que entraba atraves del cristal del balcón iluminaba la habitación.

-¿Por qué...no estás enfadado conmigo? Te dije cosas horribles- el Braun no le contestó a sus preguntas anteriormente, quizás ahora si lo hacía, aún sentía la necesidad que de debían hablar.

-Jamás te voy a gritar o a golpear por cualquier cosa que me hayas dicho, tus palabras me hirieron mucho en ese momento, pero cuando supe que creías que yo era el chivato dejaron de herirme, porque sabía que te habían engañado, yo habría reaccionado de la misma manera que tú, era normal que quisieras matarme, sin embargo no lo hiciste-.

-Que no pudiera matarte no justifica mis actos- habló apenada.

-Imagínate cuanto debes de querer a una persona para no ser capaz de matarle aún sabiendo todo el daño que te ha hecho- se separó un poco para poder mirarla, vio cómo aquellos bonitos ojos azules estaban sorprendidos y amenazantes con lágrimas.

-Pero Reiner...creí a Zeke antes que en ti- su voz era temblorosa.

-Tu estabas allí y yo aquí, la situación era desastrosa, Zeke era nuestro Jefe, todos caímos en sus engaños no solo tú, deja de culparte por ello, no me importa a quien creiste, no me importa que me hayas golpeado, no me importa que me dijeras cualquier cosa, lo único que me importa es que te tengo de nuevo conmigo- pasó sus dedos por la mejilla de ella para secar una de las lágrimas, verla llorar era lo que más odiaba en el mundo.

-¿Esto es un sueño mío verdad?- murmuró sin poder creer lo que oía, Reiner la quería tanto que no le importaba en absoluto sus malas acciones. -No te merezco Reiner, eres demasiado bueno con...- fue interrumpida.

-Deja de decir esas tonterías, si vuelves a decir algo de eso si que me enfadaré, tú nunca me has odiado, querías creer que me odiabas pero nunca fue así, no se cuando volveremos a Paradise, pero lo que si se es que no pienso desperdiciar este tiempo que tenemos, no sabes cuantas veces he soñado que te volvía a tener en mis brazos- dejó un pequeño beso en su frente, disimulando que su voz se había quebrado al final.