|6|

1.1K 101 13
                                    

-Tienes el cabello bastante largo, ¿quieres que te lo corte?-.

-Bueno no, me gustaría dejármelo largo, solo un poco las puntas, mi hermana hacía eso para que se vieran mejor-.

-Bien-.

Strelizia por primera vez se encontraba en la casa de Evie, un apartamento en un edificio cercano al hospital, bastante pequeñito y muy acogedor, la mujer le había invitado a ir para comer allí y arreglarse un poco para conocer a sus familiares, sus dos hijos vendrían de visita esa misma tarde.

Habían acordado verse en la plaza, así que estaban terminando de alistarse para salir. Strelizia al igual que siempre llevaba unos pantalones ajustados marrón oscuro, acompañado de una camisa blanca y una chaqueta camel, muy parecido al uniforme de los guerreros. Evie le había recortado un poco las puntas y le había echo una coleta alta, además de enseñarle cosas sobre cocina, también le enseñaba un poco sobre la ropa, peinados y ese tipo de cosas. Strelizia aun no era muy mayor, pero a ella le gustaba aprender cualquier cosa, además, no era una chica presumida, sentía vergüenza cuando le decían que era guapa y ese tipo de cosas, pero pensaba en cuanto fuera mas mayor, le gustaría tener una imagen bonita como la tenía Argentea.

El día de partida de sus compañeros estaba cada vez más cerca, los días pasaban muy rápido y estaba seguro de que en cuanto menos se lo espere, ya habrían pasado 2 años. Pero ella se había relajado un poco y había decidido confiar en ellos, sobre todo en Reiner, que deseaba con todas sus fuerzas que volviera con vida, ese niño se había robado por completo todo su amor y aprecio, se portaba tan bien con ella que lo consideraba su mejor amigo.

-Vámonos ya, mi hijo el mayor es muy puntual seguro está al llegar- Evie le dedicó una sonrisa a la bajita que seguía sin crecer a pesar de que estaba bien alimentada.

Cuando llegaron a la plaza, una pareja les esperaba sentados en un banco, y al ver a Evie se levantaron a abrazarla.

-Hola! ¿Qué tal? Soy Kay, es un placer- el hombre rubio se agachó un poco y le extendió la mano a la chica.

-Soy Strelizia, mucho gusto- estrechó la mano de aquel hombre.

-Miku, encantada de conocerte- la pareja de aquel hombre era pelijorra y muy blanca de piel, se veía muy bonita.

-Te agradezco lo mucho que cuidas a mi madre, es muy feliz contigo, eres como su hija, así que te consideramos de la familia-.

-Gracias- Strelizia solo sonrió un poco avergonzada.

-Mirad quién viene por ahí-Miku habló.

A lo lejos venia caminando un matrimonio, con un niño de unos 7 años y otro de un 1 añito, ambos rubios.

-Hola Hola! ¿Qué tal? Oh tu eres Strelizia! Que alegría conocerte!- el otro hijo de Evie se acercó a saludar al resto de su familia.

-Colt, saluda a Strelizia no seas maleducado- la madre regañó al niño más mayor.

-Hola...-Strelizia le contestó con un saludo con la mano y una sonrisa.

-Este de aquí es Falco, le encanta conocer a gente ¿verdad?- el niño asintió sonriente sin entender nuy bien la pregunta, pues era muy pequeño todavía y solo reía.

Después de presentarse entre todos, se dirigieron a cenar a un restaurante, donde charlar tranquilamente. Strelizia se sentó en una esquina junto a Evie, y al frente suyo, estaba Colt, que la miraba un poco extraño, pues era muy tímido.

-Oye ¿tu eres una guerrera?-el niño llamó la atención de Strelizia.

-Bueno iba a serlo, pero el titán que iba a heredar fue robado-.

Flor de Acero | *Reiner Braun* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora