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-¿Otro titán?- Connie miraba hacia lo alto del muro.

-Es Strelizia!- Armin gritó al ver al titán de acero tras una cortina de humo.

-¿Esa loca va a enfrentarse a Zeke?- Yelena miraba sorprendida.

El acorazado se encontraba tumbado en el suelo recuperándose de los golpes del bestia, desde ahí Reiner podía ver a Strelizia en lo alto del muro, a punto de enfretarse a Zeke. Le dolía todo el cuerpo y le costaba mantener los ojos abiertos, pero el miedo de que el bestia pudiera hacerle el mismo daño que a él le mantenía a alerta, no podría protegerla, por eso desde el suelo deseaba con todas sus fuerzas que no le pasara nada, que ella entrara en combate con el bestia no estaba en los planes.

-Maldita sea, sabía que vendría con ellos...Vaya Strelizia, no me esperaba que volvieras al bando enemigo, deberías haber hecho caso a las órdenes de tu Jefe- la voz del bestia se podía ir por todo el lugar.

Falco, Gabi y Colt, que se encontraban entre las casas miraron hacia arriba al oír la voz.

-Es...es Strelizia... ¿es ella verdad? Está viva!- Falco tenía lágrimas en los ojos, hacía 4 años que no veía a su tía, la última noticia que tenía de ella era sobre su fuga, sentía una gran felicidad de verla con sus propios ojos aunque no fuera en la mejor de las situaciones.

-Ha venido a por ti, pero parece que ha surgido un problema- Colt señaló al titán bestia.

-Cállate, solo me querías para evitar enfrentarte a mí en el bando enemigo, por eso me mentiste diciéndome que él era el chivato...para ponerme en su contra- la voz de la platina se podía oír también, todos estaban pendiente de la conversación, incluso Eren que se recuperaba del disparo de Marco y el General.

-Veo que ya me has descubierto, vaya, me das mucha lástima-.

Strelizia corrió con rápidez hacia él con rabia al oír eso, pero una lluvia de piedras la detuvo a mitad de camino, su titán no era nada efectivo en combates a distancia, era bueno en cuerpo a cuerpo y en el aire, además su armadura no aguantaba las piedras, pues la fuerza que usaba el bestia era similar a la de un cañón.

-Es una pena que tuvieras que sufrir tanto por un simple capricho, me vino de lujo para traerte hacia mi favor-.

El acero se levantó con dificultad y miró al bestia confundida por sus palabras.

-¿De qué demonios hablas?-.

-¿Tanto le querías cómo para echarte toda la culpa y protegerle? Tú vales mucho más que él, y eso que el acero no te pertenece-.

-¿A qué viene eso ahora?- miró con rabia al Jaeguer.

-¿Habla sobre la extraña relación que tenía con uno de los guerreros? ¿No fue él quien delató a Strelizia?- Connie preguntó.

-Parece ser que Zeke les engañó para que se odiaran- Armin contestó.

-Deberías tener más cuidado, cierra bien la ventana antes de salir- las palabras de Zeke se clavaron en la cabeza de la platina.

-Cabrón, fuiste...tú...- Reiner intentaba moverse sin éxito, Eren miró de reojo como este intentaba moverse.

-¿Qué?- Strelizia miraba al suelo con sus pupilas encogidas sin querer creerse lo que sus pensamientos le decían en ese momento.

-El motivo de mi poder para transformar titanes es porque llevo sangre real, siempre quise saber porqué el acero es tan peculiar con los Apath, mi curiosidad me llevó a colaborar con el gobierno, yo encontré la carta de tu hermana, y me decepcioné al ver que no éramos familia-.

Flor de Acero | *Reiner Braun* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora