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-Strelizia, ¿qué demonios haces aquí?-.

-Jean, yo no puedo luchar contra ellos-.

-Sabía que no eras de fiar-.

-Dime, si te obligaran a estar con Marley y tuvieras que luchar contra Sasha y Connie? ¿lo harías?-.

-A ti nadie te ha obligado a estar de Paradise, podrías habernos matado y haber vuelto hace mucho tiempo, incluso haber recuperado al fundador, tu solita decidiste abandonar Marley, así que levanta de ahí y lucha, o luchas con ellos, o luchas con nosotros-.

La platina se llevó las manos a la cabeza, todo lo que el Kirstein decía era cierto, ella se había resignado a pensar que estaba con Paradise porque les debía el favor, sin haberse dado cuenta de que podría haber mandado al infierno ese favor y haber regresado a casa aún siendo fugitiva sin necesidad de matar a nadie, sin embargo se quedó con ellos, se había encariñado con los de Paradise y con el lugar, donde se sentía libre y era respetada a diferencia de lo que había vivido en Ciudad Férrica, sin darse cuenta de que había abandonado por decisión propia a los suyos.

-¿Es esto lo que te pasó a ti Reiner?- murmuró con los ojos llenos de lágrimas y rabia.

-Elije de una vez-.

-No puedo elegir Jean, no puedo- sus lágrimas empezaron a salir.

-Si no puedes elegir bando entonces tengo que matarte- cargó su arma y apuntó tembloroso a la platina.

-Hazlo de una vez!- gritó con el rostro lleno de lágrimas.

El chico solo miraba con angustia y le temblaba la mano, debía matarla por poner en duda su bando, pero no era capaz, esa mujer le hacía débil de alguna manera, sentía que era como una hermana pequeña con la que discutía por cualquier cosa, por lo que bajó el arma despacio.

-Si no quieres luchar quédate aquí, pero sube al dirigible cuando den la señal- su tono de voz era más calmado.

-Jean...-.

El chico se marchó de un salto dejando sola a la joven, quien secaba sus lágrimas con rápidez.

-¿Por qué me encariño con cualquier persona? Así no se puede luchar- murmuró con rabia mientras soltaba las lanzas en el suelo.

Estaba distraída cuando de repente escuchó fuertes golpes en el suelo. Levantó la mirada y pudo ver al titán de Eren golpeando con fuerza al mandíbulas contra el suelo.

-¿Que está haciendo? Lo va a matar- su mirada era de rabia y preocupación, aunque en cierta parte estaba del lado de Eren, no entendía porqué había causado tantos daños en Liberio, y menos que hiriera de tal manera a sus compañeros, tenía demasiadas preguntas para él.

Se preparó para saltar y detener a Eren, no iba a permitir que matara a Porco delante de sus propios ojos, pero unos gritos la detuvieron.

-Reineeeer!-.

Al escuchar su nombre sintió un chispazo de nervios por todo el cuerpo, alguien llamaba a gritos a ese hombre que tanto odiaba, dándole a entender que él estaba allí, en alguna parte.

-Él está aquí, es el momento- volvió a coger con rapidez todas las lanzas relámpago y bajó hasta los escombros, quedándose pegada a la pared de un edificio para evitar ser vista.

-Reineeeeeeeeeer! Salva a Galliard!- los gritos de dos niños llamaron su atención.

Miró a Eren quién seguía golpeando al mandíbulas, así que con rapidez subió hasta el hombro del titán de ataque, haciendo que Eren se parara en seco.

Flor de Acero | *Reiner Braun* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora