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-Hola Strelizia! Toma esto es para ti!-.

-Pero que flor más bonita! Muchas gracias preciosa-.

Habían pasado 4 años desde que Strelizia vio por última vez el rostro de aquella mujer a la que solía nombrar como madre. Pieck, no pudo regresar ninguna vez, pero se comunicaban con cartas, incluso alguna llamada de teléfono, aun así llevaba un año sin contacto con ella ya que fue enviada a la isla junto con Zeke, los guerreros no volvían y los de Oriente habían dado un ultimátun. La familia Grice andaba muy liada, sobre todo por los 2 futuros guerreros, quienes estaban preparandose para poder ser candidatos, aunque Falco aun era pequeño ya lo estaban preparando para alistarlo en el ejército, cosa que le disgutaba a la platina, pues no quería que sus sobrinos tuvieran una corta vida, aún así era la única manera de que los Grice estuvieran a salvo. Ella llevaba bastante tiempo sin dar clases con Miku, habían cambiado de domicilio y además Strelizia ya era experta en caligrafía y dibujo, por lo que prácticamente, no necesitaba más clases.

Había cogido la costumbre de salir todas las mañanas a pasear y buscar un sitio donde pintar, retratando a aquellos que se lo pedían, ganándose el cariño de los residentes eldianos de la zona, sobre todo de los niños, que siempre iban a saludarla y a jugar con su pelo cuando la veían, haciendo trenzas o llenándolo de flores, lo tenía a la altura de la cadera, también llevaba unos flequillos alborotados que ella misma había creado sin llegar a cometer un error con las tijeras.

Ella ya no era una niña. Era una mujer, había crecido en altura, solo un poco, rozando el 1,50, su rostro ya no era redondo con los ojos bien abiertos que le hacía verse más niña, ahora era afilado y sus ojos eran más rasgados, su color azul seguía siendo el mismo. Ya no transmitía esa dulzura y ternura infantil, ahora transmitía belleza y serenidad, su piel pálida era suficiente para saber que era bellísima.

Ella siempre había sido delgada, pero con la llegada de la pubertad había cogido algunos kilos que le sentaron bastante bien, dándole forma a su cuerpo curvado por todas partes, sobretodo sus caderas, que a veces le daban cierta inseguridad porque se veían demasiado marcadas con cualquier prenda, teniendo que soportar comentarios desagradables por partes de algunos descerebrados. A pesar del tiempo seguía siendo aquella bella persona que había sido siempre, ella era amable con todo el mundo excepto con aquellos que le faltaban el respeto, o simplemente se dirigían a ella con mala educación.

Siempre trataba de evitar las discusiones y peleas, pero su fuerte carácter se lo impedía, no necesitaba golpes o gritos para humillar a alguien, con las palabras le sobraba, le costaba quedarse callada. También era burlona y algo bromista a veces, le encantaba fastidiar a los soldados y a hacer reír a los niños de la zona contándoles sus experiencias, a veces se le iba la lengua hablando porque era demasiado sincera, haciéndoles reír aún más.

La única compañía que tenía por allí era el Capitán Magath, pues siempre se preocupó por ella y la trató bien, y siempre acababa cayendo antes los caprichos de la chica, con una ciertas condiciones. También seguía siendo una curiosa, acababa metida en sitios o situaciones en las que casi mete la pata, su torpeza tampoco le ayudaba, siempre se caía en lo más llano. Pero ella se levantaba y reía, nunca se venía abajo. También solía llorar aquellas noches que se sentía sola, o necesitaba a Evie o Pieck, o pensaba en Reiner y los demás, o simplemente quería llorar, seguía teniendo un corazón débil a pesar de lo mucho que había sufrido por la pérdida de sus dos familiares.

Ahora siempre comía sola, la cocina era solo para ella, los primeros días se subía a comer a su habitación, pero ya había pasado mucho tiempo, ya se había acostumbrado a hacerlo todo sola, y aunque a veces se iba a casa de Miku y Kay, no podía estar allí mas de dos días, pues se sentía una carga y más para la pareja que buscaba un embarazo, pensaba que les interrumpía la intimidad estando allí.

Flor de Acero | *Reiner Braun* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora