Satania se dio cuenta de que el portal había tenido un fallo en el momento en que lo atravesó y cuando descubrió que estaba completamente sola lo confirmó. Había algo extraño en el portal desde el momento en que lo abrieron y, si no hubieran estado tan apuradas, Satania habría ordenado que lo revisaran pero no tenían tiempo que perder. La misión en la que ella y un poco más de tres docenas de Súcubos se habían embarcado no era técnicamente legal, o sea, Belial no era consciente de lo que iban a hacer y, si lo hubiera sabido, seguramente se habría negado así que Satania no podía permitirse el lujo de revisar la máquina de portales antes de activarla, el más mínimo retraso podía hacer que las descubrieran.
Satania desplegó la pequeña pantalla holográfica que controlaba desde un dispositivo en su muñeca para comprobar el mapa del área. El portal la había dejado dos kilómetros y medio al sudoeste de donde debería haber aparecido, demasiado lejos de su objetivo. No pudo evitar chasquear la lengua para disimular su frustración. Esa operación ya era de por sí demasiado improvisada y peligrosa y, encima, había empezado muy mal. Pero primero lo primero, debía tratar de contactar con sus chicas así que encendió su comunicador.
-Atención Súcubos, aquí la Teniente Comandante. ¿Alguien me recibe?- preguntó pero solo escuchaba estática- Maldita sea, esta cosa no funciona muy bien aquí. Si alguna me está escuchando diríjase coordenadas 4852 por 721, nos reagruparemos allí.
Fue entonces que se tomó la molestia de mirar el lugar exacto en el que se encontraba. Era un bosque de árboles de tronco morado y hojas rojas llamados "trogis". Bellos, sin duda, pero eso a Satania no le importaba . Oía un río correr no muy lejos de donde estaba pero, si los escasos datos de los que disponía sobre la zona no eran errados, este era demasiado caudaloso como para cruzarlo a pie y era prioritario llamar la atención lo menos posible así que volar no era una opción. Había cerca una elevación, una pequeña meseta que destacaba por encima del bosque. Era el lugar perfecto para tratar de observar el lugar así que Satania se dirigió hacia allí.
El ascenso hasta el punto más alto no fue complicado y, desde allí, Satania tenía una vista general bastante buena de la zona que la rodeaba. La mayor parte era bosque, solo cortado por el río con pocos claros libres de árboles. Sin embargo, lo que más destacaba, aún a pesar de la distancia, eran lo que parecían ser unas torres de un metal negro que se divisban a lo lejos, varios kilómetros más allá de donde Satania se encontraba.
-Allí está- dijo ella en voz baja- Ese es nuestro objetivo.
Quería tratar de verlo mejor pero los binoculares que tenía no daban para tanto. Mientras aún estaba concentrada en esto escuchó un sonido de pisadas a sus espaldas y Satania se puso en alerta máxima. Se cubrió tras el árbol que tenía más cercano y sacó tanto su pistola como su espada corta, lista para defenderse en caso de que fuera necesario. Por suerte, no tuvo que hacerlo.
-Cuerno- dijo una voz femenina.
Menos mal que Satania se había asegurado de que las suyas repasaran el arcaico y ya casi en desuso sistema para identificar personal aliado en zonas potencialmente hostiles en caso de dispersión involuntaria. Una simple clave formada por dos palabras, si ante la pronunciación de la primera se respondía la segunda se confirmaba que dos elementos aliados se habían encontrado.
-Resuello- contestó Satania.
Ella salió de su escondite para encontrarse de frente con seis Súcubos, las cuales estaban obviamente aliviadas de verla sin daño alguno. La que parecía estar al mando se adelantó y realizó un saludo militar.
-¡Teniente Comandante, no sabe cuánto me alegra el verla sana y salva!- exclamó- Sargento Daeva del Pelotón Agma a su servicio.
-Descanse, sargento- ordenó Satania- Por lo que veo, ha conseguido reunirse con su pelotón.
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La Construcción de un Imperio
Viễn tưởngEl fantasma de la guerra esta cada vez más cerca. Una vieja sombra cubrirá una vez a la Creación. Los Nephalem renacidos liderados por Change Pierce, tienen una difícil misión: proteger a este mundo y a todos los que lo habitan. Pero, ¿podrán relame...