Change estuvo a punto de agradecerle a Atenea por haberlos hecho aparecer en una sala vacía de la torre de la Ciudadela de Arxaeter, no quería tener que explicar a los demás el por qué se encontraban ellos dos en una posición tan comprometedora, con las manos de Atenea aún abrazando el cuello de Change. Este se apresuró a separarse cosa que le resultó hasta divertido a la Dedus y, de hecho, no pudo evitar soltar una pequeña risa.
-¿De qué te ríes?- preguntó Change.
-Oh, nada, nada- respondió Atenea- Vamos, el resto de tus compañeros deberían de ya estar esperándonos. La información que traigo es valiosa y cuanto antes la comparta antes podrán ponerse a investigar.
-O sea, nos dejas el trabajo pesado a nosotros- comentó Change.
-Si crees que conseguir la información que traigo ha sido fácil y seguro, entonces estás muy equivocado- repuso Atenea- Les confiaré a ustedes lo que sigue porque, por un lado, tienen, en ese aspecto, más recursos de los que dispongo yo y, por el otro, hay otros asuntos de los que debo encargarme por lo que prefiero dejarles la decisión de qué hacer con la información que traigo. ¿Vamos?
Change asintió a pesar de que no tenía ni idea de dónde se habían reunido todos los demás pero, al parecer, Atenea sí lo sabía. Ella caminaba siempre por delante, como si fuera una niña paseando por un campo de flores. No se detuvo pero si miró en cada dirección, contemplando el estado de la torre. Al final terminaron llegando al ascensor y los dos entraron.
-Tengo que admitir que me gusta lo que le has hecho a la torre- comentó Atenea- Este toque tradicional me agrada.
-¿Tradicional?- preguntó Change- Le hemos puesto la mejor tecnología que tenemos en este mundo.
-Oh, lo siento, había olvidado lo atrasados que están aquí en comparación con el resto de la Creación- respondió Atenea- Este tipo de cosas se consideran casi arcaicas. Pero me sigue agradando, de todas maneras.
-Bueno, al menos sirve de algo- dijo Change- Ahora, ¿dónde se supone que debemos ir?
-Están todos reunidos en el comedor- contestó Atenea.
-¿Y cómo sabes tú eso?- preguntó Change.
-Soy una Dedus, tengo mis métodos- respondió Atenea.
Change se limitó a soltar un suspiro y simplemente hizo que el ascensor los llevara a donde querían ir. En pocos segundos ya estaban allí y, tal y como Atenea había dicho, el resto ya se encontraba allí.
-¡Change!- exclamó Lilith antes de ver a Atenea- ¿Qué diablos haces tú aquí, Dedus?
-Como siempre, Archidemonio de la Lujuria, me conmueve la fraternidad y la mutua confianza que hay entre las dos- bromeó ella- Pero asumo que la razón de mi presencia ya ha sido revelado.
-Les hemos contado, si- confirmó Nova- Solo espero que todo ese viajecillo haya valido la pena.
-Aún tengo el estómago medio revuelto tras esa aparición- comentó Amelia- ¿Saben lo que se siente cuando cada célula de tu cuerpo se deshace solo para volver a formarse pocos segundos después? Les aseguro que no es nada agradable.
-Dejemos ese tema de lado, quiero saber qué es lo que hemos conseguido- interrumpió Elektra.
-Bueno, para empezar, tengo acceso a la computadora de esa instalación de investigación pero gran parte de los archivos que allí hay o están muy dañados o encriptados o ambos- explicó Krista- Tardaré un rato en recomponerlos.
-Por lo tanto, en el corto plazo, aparentemente lo que hicimos no ha servido para nada- concluyó Cristóbal.
-Y ahí es donde entro yo- anunció Atenea- Creo firmemente que la información que traigo les será muy útil.
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La Construcción de un Imperio
ФэнтезиEl fantasma de la guerra esta cada vez más cerca. Una vieja sombra cubrirá una vez a la Creación. Los Nephalem renacidos liderados por Change Pierce, tienen una difícil misión: proteger a este mundo y a todos los que lo habitan. Pero, ¿podrán relame...