Capítulo 2: Acepto ser tu puta

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Llegó más tarde de lo previsto, ni siquiera tuvo tiempo de acomodarse porque su padre empezó a bombardearla con reclamos.

-¿Se puede saber dónde estabas, Emilce?
-En la universidad papá.
-¡Tu clase terminaba a las 4:00 pm y son las 7 Emilce, las 7!
-¡Ay papá! El metro estaba repleto y no creas que la universidad está a la vuelta de la esquina.
-Si claro, no empieces a inventar cosas, seguramente te fuiste a parrandear después de que terminaste las clases.
-¡Dios mío papá ya basta! ¡Deja de supones cosas que no son por Dios!
-¡No me levantes la voz, Emilce! ¡Vives bajo mi techo y a mi me respetas!

La cara enfurecida de su padre no era novedad, con el tiempo estaba más histérico y perdía rápidamente la paciencia. La señora Wendy llegó corriendo tras escuchar los gritos que se escuchaban en toda la casa e incluso la panadería que estaba justo al lado.

W:-¿Se puedo saber qué pasa? ¿Por qué esos gritos?
S:-Tu hija que acaba de llegar muy altanera.
E:- No es cierto, es solo que mi papá se pasa inventando cosas.
S:-¡Ya por favor no empiecen! Y tú Emilce apúrate y ve atender la panadería, haz algo.

Tranquila y obediente Emilce obedeció a su madre pero una amargura la rodeaba, estaba harta de los reproche de sus padres, que le echaran en cara cada dos segundos que la mantenían y que dependía de ellos, ésa era la principal razón por la cual empezó a considerar más la oferta de su profesora Yelena.

La panadería cerraba a las 8:30 Pm, estaba justo al lado de su casa, Emilce antes de cerrar no pude negar venderle algo de pan a Eren Jaeger, un cliente habitual pero que llegaba justo cuando la panadería estaba a punto de cerrarla. No le importó en absoluto, lo atendió y se despidió de él cortésmente.

Cuando llegó a la casa su padre estaba algo molesto, se tardó más del tiempo establecido. Esa misma noche en la mesa mientras cenaban se notaba un aire incómodo entre aquellos tres, a Emilce pronto se le quitaría el apetito y su padre empezó a reclamarle nuevamente.

S:-¡Pues si no te gusta la cena lárgate de una vez, ya me tienes harto!
W:-¡Sebastian cálmate! ¡Piensa muy bien lo que dices!
E:-No mamá, mi papá tiene razón, ¡Ya estoy harta!, si lo que quieres es que me vaya entonces me iré.
S:-¡Entonces vete Emilce!,  a mi no me vas a chantajear.

No era ningún chantaje, estaba furiosa, los ruegos de su madre fueron inútiles porque Emilce tomó únicamente su bolsa y celular para marcharse con orgullo sin dudar.
Su padre pensaba que volvería, ¿A dónde podría ir Emilce? ¡A ningún lado! Para él, no era más que una mocosa inmadura que andaba ya en edad de buscar trabajo pero que seguía siendo una carga que empezaba a pesar.

Emilce se subió en el metro y paró en la estación que quedaba a esquinas de la universidad, no lo pensó ni un segundo y aunque con algo de vergüenza decidió llamar a su profesora Yelena.

Yelena apareció antes de lo previsto, por lo visto vivía muy cerca del lugar, la recogió y condujo matando el tiempo mientras escuchaba atentamente a una Emilce angustiada, verla tan indefensa la hacía sentir extrañamente excitada.

Yelena se detuvo en un supermercado, compró cepillo de dientes y cosas básicas para Emilce para luego llevarla a su apartamento.
Era sin duda alguna un lugar lujoso, amplio, con ventanas grandes, en medio de la ciudad, en un piso alto, uno de esos apartamentos que tanto aparecían en televisión.

Yelena era una simple profesora universitaria ¿De dónde sacaba el dinero para pagar semejante  lugar?
Pues le había contado que heredó no sólo el apartamento sino un buen billete tras la muerte de sus padres en un fatal accidente automovilístico y que también era propietaria de una tienda bastante costosa cerca del mismo apartamento donde vivía.

Sugar Mommy (Yelena x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora