Sugar Mommy (Yelena x oc)

Capítulo 18: Dejarse caer

Emilce seguía siendo imprudente porque Yelena la deseaba y ahora se creía con armas suficientes para enfrentarla se exponía demasiado, se creía con carácter, decidida y muy feroz. En el fondo seguía siendo Emilce.

Junto con su esposo se mantuvo al margen de cualquier noticia de aquellas dos personas importantes para ella. Tan pronto como el día acabo no soportó su ira y en la tarde dejándose llevar por sus impulsos visitó nuevamente a Yelena.

Entró sin invitación, las empleadas la miraban con miedo. Gritó el nombre de Yelena teniendo como respuesta que saliera Pieck bajando las escaleras.

—¿Qué está pasando? ¿Por qué tanto escándalo?

—¿Dónde está Yelena?

—¿Buscas a mi esposa? Me temo que está ocupada.

—Ella nunca está ocupada para mí, apártate Pieck, voy a pasar.

Tan pronto le pasó por el lado Pieck la tomó del brazo, la miró severamente y seria le dijo:—¿Quién demonios te crees que eres, Emilce? ¿No te da vergüenza?

—¿Vergüenza de qué? ¿Con qué derechos lo dices tú? ¿Acaso sentiste vergüenza por lo que le hiciste a mi Hange? ¡Que vas a estar hablándome tú a mí de vergüenza!

El agarre de Pieck se aflojó, Emilce la desarmó con sus palabras, caminó directo al estudio en donde se encontraba Yelena, giró la manecilla sin preguntar y juntó la puerta tras entrar.

—Emilce...

—¿Dónde están Levi y Petra?

—Primero que nada Buenas tardes—Deja lo que está haciendo y presta atención a Emilce aún sentada—Y segundo...estás hermosa.

—Ahórrate tus halagos—Se acerca con molestia—¿Dónde demonios están? ¿Qué les hiciste?

—¿Qué les hice? ¿Por qué les haría algo?

—Yelena conmigo no tienes que fingir tú y yo sabemos perfectamente que

Las palabras fueron interrumpidas por un golpe fuerte que Yelena hizo contra el escritorio, se puso de pie y se acercó a Emilce bastante seria.

—Deja de comportarte como una idiota—Le da la espalda mirando la ventana—No puedes venir a hacerme acusaciones.

—...

Yelena se dio la vuelta, se acercó a Emilce, levantó una mano para acariciar su mejilla, la miró con suavidad y después suspiró.

—Demonios Emilce...¿Hasta qué punto hemos llegado?...Tú...yo, nosotras

—No hay ningún nosotras

—Claro que sí—Roza sus labios con un dedo—Aún no dejas de amarme, por eso vienes a buscarme, buscas cualquier excusa para verme...y yo ¡Ay Emilce!—Suspira—Te has vuelto una completa atrevida, me sorprendes tanto, tu boca, tu cuello, tus pechos—Continuaba bajando con sus manos a cada parte que mencionaba, al final dejó caer su cabeza en los hombros de Emilce.

—Sabes que te quiero...

—Yelena...tú no quieres a nadie.

El celular de Emilce vibró, Yelena se alejó y se sentó en su silla.

—Me voy...pero esto no se queda así, Yelena...más te vale que nada malo les haya pasado a esos dos.

—No me hagas ese tipo de amenazas Emilce, no me importan pero no quiero que me hagas semejantes acusaciones, yo misma saqué a Petra de la cárcel, que por cierto la razón de que estuviera ahí fue tu culpa ¿Lo recuerdas?