Capítulo 21: Sugar Mommy

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—¡Tú Yelena!—La miró con rabia—¡Estás loca!

—Siempre lo he estado... pero tú... Emilce—La mira sin expresión—Te has vuelto peor que yo...

Emilce empezó a temblar, miró el cuerpo de Hange inerte y con una expresión de sorpresa, se le partió el corazón.
Con lágrimas de rabia en los ojos Emilce se abalanzó sobre una Yelena tranquila que la dominaba  fácilmente agarrándola de las muñecas al tiempo que miraba el rostro de una Emilce devastada.  Yelena no decía palabra, esperaba que Emilce se calmara perdiendo la paciencia al ver que su enojo aumentaba. Sin más remedio Yelena sacudió a Emilce y se acercó a su rostro expresando una mirada torcida que se suavizó de inmediato.

—Emilce ya no sufras más. ¿No lo ves? Tú me quitaste a Pieck y yo te quité a Hange. No hay nada más que se pueda hacer. Estás sufriendo—-Prosiguió hablando mientras la mirada—Pero sufres porque te rehusas a aceptar la realidad. Ahora sólo estamos tú y yo, ríndete de una vez, acéptalo...yo ya lo he aceptado. Estarás tranquila como yo.

Emilce respiraba agitada, sus ojos aún seguían bañados en lágrimas, su mirada de enojo pasó a una de desesperanza y Yelena la abrazó.
Se odiaba más que a nadie en el mundo en aquel momento, incluso más que a Yelena. Escucharla susurrarle que todo estaba bien en el oído le daban unas ganas de querer asesinarla, la odiaba y al mismo tiempo la recordaba como antes.

—¡Oh Emilce!—Susurró en su oído—Podemos estar juntas ahora, ¿No es así? Sin nadie ni nada, sólo tú y yo.

Yelena la soltó despacio y acarició el rostro húmedo de la joven, pero la chica aún no podía creerlo. Sin decir media palabra le dio la espalda a Yelena y caminó a pasos lentos hasta la cocina. Yelena la siguió.

Emilce estaba cerca de una mesa y de espalda a Yelena cuando la última se le acercó desde atrás. Como si no hubiera acabado de cometer un crimen, Yelena empezó a besarle el cuello a Emilce.

—Te quiero Emilce—Le decía besando su cuello—Tú me quieres, tú me necesitas y yo también, tu soledad y la mía se harán compañía, juntas otra vez, como al principio.

Emilce se dio la vuelta, miró a Yelena con una sonrisa demasiado forzada, se acercó a sus labios y la besó. Las bocas cometían un acto atroz de traición, las dos se sentían totalmente devastadas y traicioneras, las dos eran sencillamente igual de desgraciadas.

Las manos de Yelena no se quedaron quietas, empezaron a explorar el sexo de Emilce como de costumbre y con la otra acariciaba su pelo al tiempo que devoraba su boca. Emilce decidió separar su boca de Yelena para esconder su rostro en su cuello y justo así, sintiendo los dedos de Yelena en su sexo provocándole una satisfacción culposa mientras se sentía devastada por el asesinato de Hange, actuó para hundirse un poco más.
Yelena se sorprendió un poco sintiendo algo frío y punzante en su espalda pero no se detuvo. No gritó, no luchó, continuó aquello que disfrutaba más, continuó masturbando con sus manos a Emilce.
Emilce sacó el cuchillo de la espalda de Yelena y la apuñaló otra vez, Yelena reaccionó.
Levantó su rostro de frente al de Emilce y le dio una sonrisa.

—Emilce...te quiero, te deseo, te quiero follar...

Emilce juntó su frente con la de Yelena, rozó su nariz con ella y volvió a apuñalarla, esta vez en el cuello. Yelena jamás se defendió, se dejó caer al piso con una sonrisa sintiendo como su pequeña Emilce la apuñalaba una y otra vez. Sabía que se lo merecía y estaba honrada de que fuera ella, ella era la única que debía hacerlo y lo estaba haciendo.

Emilce la apuñaló hasta que sus brazos se cansaron, se detuvo cansada y agitada y se acostó al lado de Yelena tomándole de la mano.

La imagen era hermosa, romántica, triste y frustrante, ¿Qué harás ahora, Emilce?

Sugar Mommy (Yelena x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora