Capítulo 3: Empiezan los problemas

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Acostumbrarse al día a día no fue fácil, pero Emilce desarrolló un gusto particular por su nueva rutina conviviendo con su mami Yelena.
Su madre Wendy la llamó muy preocupada exigiéndole que regresara pero ella no la obedeció, le dijo que se estaba quedando en casa de una amiga y no volvería, eso dejó más inquieta a su madre, pero Emilce había tomado una importante decisión.

El fin de semana se la pasaron organizando todo para que Emilce finalmente se instalara, Yelena se encargó de comprarle ropa y otras cosas para consentirla.

Cuando el lunes llegó, Emilce se levantó muy temprano para hacerle desayuno a Yelena quien tenía que irse a dar clases a la universidad en eso de las 10:00 Am.
Yelena iba a la universidad los lunes en la mañana, los miércoles en la tarde y los viernes en la tarde.
Emilce por su parte sólo tenía la única materia de Proyecto los viernes, impartida por la misma Yelena.

Mientras Emilce preparaba el desayuno sintió una fuerte nalgada en su trasero, se volteó algo avergonzando y miró a Yelena recién salida de la ducha en toalla.

-¿Ya te levantaste?

-Y me duché.

-El desayuno pronto estará listo.

-Yo tengo hambre de otra cosa, ven Emilce.

Yelena se sentó en la silla de la cocina dejando la toalla en el piso mientras abría sus largas piernas.

-Pero Yelena...llegarás tarde al trabajo.

-Emilce, ven te digo.

Emilce se arrodilló y empezó a lamer su intimidad, estaba algo húmeda pero no importaba. Le encantaba complacer a Yelena. Más que su Sugar Mommy era su pareja, su pareja que la mantenía y cumplía caprichos.

Mientras Emilce le chupaba el coño, Yelena tomó una taza de té de la mesa y lo bebió con total naturalidad, como si Emilce no estuviera esforzándose en comerse su vagina por completo, como si fuera lo más normal del mundo tomar té mientras una jovencita lamía su coño hasta hacerla venir.

Cuando la taza de té estuvo vacía, Yelena con suavidad tiró a Emilce al piso y se sentó en su cara.
La pobre Emilce casi se asfixiaba, Yelena se movió en su cara hasta que se corrió como una diosa.
Se paró de encima de Emilce y la besó con lengua para después marcharse y vestirse.

La vida con Yelena no siempre fue agradable, habían días que se ponía como loca, le gustaba amarrarla y azotarla, se excitaba haciéndole cosas muy extrañas.
Le gustaba que Emilce le lamiera los pies, venirse en su cara, pellizcar sus pezones y unos cuantos más fetiches extraños que Emilce toleraba.
Emilce se convirtió en su sumisa, Yelena era una mujer dominante y feroz, le encantaba masturbarla y tocarla casi todo el tiempo, la única razón por la cual la tenía era para cumplir con todas y cada una de sus fantasías sexuales. De cuando en vez Emilce se sentía como una zorra, una puta siendo usada, le llegaban unos momentos de arrebatos de querer irse, pero cuando estaba en la puerta se devolvía como una cobarde.

La señora Wendy la llamaba todavía exigiéndole que le diga con quien estaba y que regresara a casa, todas sus llamadas fueron inútiles.
Muy pronto la gente empezaba a sospechar, sobre todo la gente en la universidad.
Aunque Yelena llevaba a Emilce sólo hasta una esquina de la Universidad para evitar comentarios, los demás alumnos empezaron a hacer sus propias teorías, obviamente no pasaban de ahí, a Yelena no le importaba y Emilce ignoraba las preguntas de Hitch.

Todo iba bien hasta que un viernes la profesora Yelena no aguantó sus ganas. Les dio a sus alumnos un breve receso y se fue al baño, seguida por Emilce.
Ambas se encerraron a follar como dos putas en celo sedientas por sexo.
El problema de todo es que no se dieron cuenta que había alguien más encerrada en su derecha y terminaría grabándolas.

El video recorrió cada celular de cada estudiante de la universidad, era un escándalo brutal.
Los directivos se encargaron de despedir a Yelena y Emilce aunque se le permitió continuar con sus estudios tenía ya una muy mala fama.

Sin empleo Yelena no estaba aún acabada, tenía su prestigiosa tienda que le era suficiente, suficiente hasta que llegó la pandemia y le fue obligada a cerrarla.
Aún cuando volvió abrir, la tienda tenía muchas pérdidas, estaba pronto en quiebra.

Para acompañar la desgracia, Emilce se graduó, su madre fue a la graduación y se reconcilió con su hija, pero no volvió a casa. Emilce tampoco encontró trabajo, su título de Licenciada en contabilidad no era más que un adorno que se llenaba de polvo.

Fue cuestión de días para que sus padres descubrieran la relación que tenía con su anterior profesora Yelena. Desde que descubrieron la verdad decidieron que su hija estaba muerta y no querían saber nada de ella.

Le afectó muchísimo, pero pronto pasó, ella continuaba aferrada a Yelena más por costumbre y porque le encantaba estar sometida a ella, sin embargo la crisis económica que venía iba ser un gran obstáculo para ambas.

-¿Qué piensas hacer Yelena? Las cosas cada vez están peor.

-Lo sé, lo peor de todo es que no me volverán a dar trabajo en ninguna universidad después de lo que pasó.

Yelena estaba sentada con las piernas algo abiertas mientras tomaba un vaso de alcohol.
Emilce le daba un masaje en sus hombros con algo de angustia.

-Pero no te preocupes mi Emilce, tu mamá ya sabe lo que que tiene que hacer.

-No te llames mamá, me da asco.

-No te da asco cuando te meto mis dedos ¿Eh?

-Eso es otra situación, te digo mami no mamá, mamá me recuerda a mi señora madre.
En todo caso cuando dices que ya sabes qué hacer ¿A qué te refieres?

-Hoy me voy a reunir con un viejo conocido mío.

-¿Un viejo conocido?

-Así es, voy a proponerle una sociedad.

-¿Quién querría una sociedad con una tienda quebrada?

-Él, tiene muchísimo dinero.

-Por eso mismo, no le conviene.

-Le conviene porque está interesado en mi, lo hará como un favor y un paso a conquistarme.

-Jamás me has hablado de él, ¿Quién es?

-Cuando tenga la oportunidad te lo presentaré, hace mucho que no lo veo pero aceptó una salida con mucho gusto.

-Si hace mucho que no lo ves ¿Como sabes que aún está interesado en ti?

-Porque lo sé Emilce, pero tu tranquila y no te me pongas celosa, sabes que eres mi bebé y mi favorita.

Yelena tiró su cabeza hacia atrás para tomar una mejilla de Emilce en su boca y morderla, se puso de pie y se acomodó su traje para pronto marcharse a ver a su viejo amigo conocido.

En el fondo Emilce sentía una preocupación, se sentía muy cómoda viviendo con Yelena, tenía miedo de perderla, tenía mucho miedo y celos de imaginarla con alguien que no fuera ella, la simple idea la atormentaba como una miserable.

Intentando calmase esa noche mientras la esperaba fue a la habitación que compartía con Yelena a respirar el olor de la cama como una enferma, se desnudó por completo y la esperó deseosa de que la hiciera suya.

Sugar Mommy (Yelena x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora