Capítulo 9: Elección

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Hange llamó de inmediato a sus abogados mientras Emilce asustada y entrando en pánico acompañaba a los policías. Parecía estar viviendo alguna escena de esas películas comunes y en aquel momento exacto sentía un miedo que se reflejaba en su rostro.

—Tranquila Emilce, iré justo detrás de ti y llamaré a mis abogados.

Emilce se fue con los policías a la estación. Allá estuvieron interrogándola una y otra vez, repitiéndole las mismas preguntas buscando la manera de que cometiera algún error.

—¡Ya les dije! ¡Yo no hice nada! Dot Pixis se murió de un infarto.

—¿En serio? Eso lo dice usted señorita...pero no sabemos con exactitud, muy pronto llegarán los resultados del forense.

—¿Quien me acusa? ¿Es Yelena verdad?

—La viuda de Dot y usted no son exactamente hermanas ¿No es así?

—....

—Eran amantes, puede que orillada por celos lo haya asesinado.

—¡Que no! ¡Yo no hice tal cosa!

—¡Confiesa de una vez!

Emilce sabía que estaba envuelta en algo muy delicado. Seguramente Yelena la quería ver jodida y lo estaba logrando, sin embargo si ella se hundía Yelena también, después de todo la verdadera asesina de Dot era la misma Yelena, ella misma se lo había confesado, la cuestión era ¿Le creerían? Sería su palabra contra la de ella, la viuda de Dot forrada en dinero que le llevaba demasiada ventaja.

Emilce bajó la cabeza contra la mesa en aquel interrogatorio, de inmediato aquel molestoso policía que la interrogaba salió del cuarto y a ella la liberaron, fue magia de Hange, esa mujer hacía demasiado por ella.

Una vez afuera los abogados de Hange hablaban algunas cosas con los oficiales mientras Hange estaba cerca de Emilce consolándola.

—Tranquila Emilce, ellos no tienen nada en tu contra, se estaban aprovechando, todo estará bien.

—Eso espero, todo es culpa de Yelena, esa bruja...

La conversación de ambas mujeres fue interrumpida por el oficial que antes la interrogaba.

—Señorita Emilce, será mejor que no salga del país ni de la ciudad, tan pronto lleguen los resultados estaremos visitándola nuevamente.

Fue una advertencia de mal gusto, y Emilce sospechaba que todo era culpa de Yelena.
Volvieron nuevamente a casa de Hange, esta vez Emilce le pidió a Hange que la dejara en la casa de Yelena, quería hablar con ella.

—¿Quieres que te acompañe?

—Gracias Hange, pero esto debo hacerlo yo misma, ¿Nos vemos más tarde, si?

—Ya es bastante tarde, pero supongo que puedes venir caminando a casa, cuídate y cualquier cosa me llamas.

—Lo haré.

Emilce le dio un beso muy cerca de los labios y se bajó del auto para acercarse a aquella mansión que muy bien conocía.

Las grandes puertas de afuera estaban abiertas y ella se adentró, cuando estuvo cerca de la puerta de entrada a la casa dudó un poco, era de noche y la luna estaba afuera, respiró profundo e hizo sonar el timbre.

Aquella que abrió la puerta era Yelena, la miró serena y sin expresión. Esa indiferencia llenó de rabia a Emilce a tal punto que intentó pegarle sin ningún resultado puesto que aparte de bloquearla, Yelena la tomó del brazo y la metió a la casa casi a rastras.

—¡Suéltame!

—¿Que te suelte? ¿Acaso no has venido a verme por tu cuenta?

Yelena la soltó del brazo, Emilce se quedó de pie mirándola mientras la primera servía dos vasos de Whisky.

—No vine aquí a compartir contigo, sabes perfectamente a que vine.

—¿A qué?

—¡Me acusaste de matar a Pixis!

—¡Oh! ¿En serio?

Yelena le tendió un vaso y Emilce lo rechazó, Yelena lo puso en la mesa y se sentó en el mueble de la sala con las piernas cruzadas.

—Yelena ¿Sabes que te puedo hundir verdad? Fuiste tú quien mató a Pixis, me lo contaste.

—¿Tienes evidencia de ello?

—Tampoco tienen nada en mi contra, mandaste a esos policías solo para molestarme.

—Esos policías hacían su trabajo, además ten cuidado con lo que dices Emilce...ten mucho cuidado.

—¿Cuidado con qué? ¿Crees que me voy a dejar meter a la cárcel por algo que no cometí?

—¿Y tú a quien crees que le van a creer? ¡Oh pobre Emilce!—Yelena se puso de pie y caminó en círculos mirándola fijo—-¿Qué no sabes cómo se mueve el mundo? Es muy fácil para mi que te pudras en la cárcel, cuando lleguen los resultados forenses ¿A quien crees que le creerá la policía? ¿A la viuda millonaria que es muy caritativa con ellos? O ¿A una chica común y corriente que no tiene a nadie quien la defiende?

Emilce se aguantó su miedo, con orgullo y ganas de verla furiosa le respondió sin dudar:

—Hange tiene influencias también.

Yelena pareció incomodarse, se detuvo por un segundo y la tomó fuerte del mentón.

—Hange...¿Tú crees que te salvará? ¡¿De mí, Emilce?! Esa mujer no te quiere, no como yo, yo soy la única que te lo ha dado todo y aún así ¡Mira Emilce! ¡Mira como me pagas! ¡Eres una pequeña malagradecida! ¡Tengo que castigarte!

Emilce la apartó con algo de molestia.

—¡Me diste muchos dolores de cabeza también! ¡No soy la niñita que puedes manipular a tu antojo!

—Pues más te vale que lo seas, yo tengo muchas formas de hundirte.

—¿Hundirme? ¿Haces todo esto por despecho?

Yelena se dio cuenta de su actitud irracional, pasó la mano por su cabello e intentó recuperar la compostura.

—¡Ah!—Suspiró de forma cansada—Emilce...

Yelena se puso a la altura de Emilce, tomó su rostro en sus manos con suavidad dándole una mirada más suave.

—Desde que te fuiste...creo que he perdido la cabeza...todos los días te veo y te veo y yo—Dice mientras agarra con más fuerza su rostro—¡No puedo evitar querer asesinarte cuando te veo con Hange!

—¡Ah!

Emilce intentó apartarse, Yelena le soltó el rostro y con una mano la tomó del cuello mirándola intensamente hasta tumbarla en el mueble aún apretando su cuello.

—Tú...Emilce, fuiste mía primero y no voy a tolerar que andes como una puta sonriendo con otra, si ese es el caso preferiría matarte, así que elige. Te vienes a vivir conmigo y volvemos a lo de antes o...haré que te pudras en la cárcel, haré de tu vida ahí un infierno y luego quien sabe...puede que algún policía te encuentre ahorcada en tu celda.

Sugar Mommy (Yelena x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora