Sugar Mommy (Yelena x oc)

Capítulo 7: Fuera de control

La actitud de Yelena pronto empezó a fastidiar a Emilce al transcurrir los meses, no solamente porque la descuidaba, sino porque cuando ambas estaban juntas solía hablar de Zeke Jaeger.

Zeke Jaeger empezó a visitar la casa con mayor frecuencia, se volvió íntimo de Yelena, tanto que sabía de su relación con Emilce.

Yelena estaba en la ducha, dándose un baño de espuma mientras Emilce le daba un masaje en la espalda, ella bebía champán al tiempo que hablaba sobre sus negocios.

—Oye Yelena...

—¿Qué ocurre?

—Zeke Jaeger sabe de lo nuestro, ¿No es así?

—Lo sabe pero le importa un comino.

—¿De verdad es tan importante para los negocios?

—Por supuesto, tiene una empresa heredada de su padrastro Tom Xavier.

Emilce de pronto recordó rápido.

—¡Ah! ¡Ya recordé! Jaeger...ese apellido me suena...tenía un vecino hijo de un doctor que se apellida así.

—¿Oh en serio?

—Así es.

—Bueno, que dos personas compartan el mismo apellido no los hace directamente familia (suspira) es hora de salir, tengo una cita importante.

—¿Otra vez?

—Emilce (acaricia su rostro) todo lo hago de  para darte lo mejor de lo mejor.

—Yelena...no me gusta que estés tanto tiempo ausente...te extraño.

Yelena sabía como manejar a Emilce, la acercó hacia ella y la besó con ternura. Emilce puso sus manos en los hombros de ella mientras sentía que Yelena bajaba hasta su intimidad, acariciando aquella zona.

Emilce estaba tranquila, apoyó su cabeza en el pecho de Yelena cerrando los ojos sintiendo como Yelena la masturbaba.
Mucho antes de que se corriera Yelena se detuvo, salió de la ducha cargando a Emilce, se fue hasta la habitación  donde le abrió sus piernas tanto que parecía que se iban a romper.

Primero la miró con picardía, mirando ese lado suyo vergonzoso que no dejaba de gustarle, lamió su entrada una y otra vez, en la habitación se escuchaban los gemidos que soltaba Emilce.

—¡Ahh! ¡Ahh!

A Yelena le gustaba tener a Emilce para ella, le gustaba tener a esa chica sumisa siendo sometida por ella y usarla a su antojo.

Aún lamiéndola introdujo uno a uno sus dedos en ella hasta quedarse con 4, entrando y sacando una y otra vez. Emilce estaba muy lubricada.

—¡Oh! Mira que húmeda estás, eres una chica sucia Emilce.

—¡Ahh!

Emilce tapó su rostro con sus manos, le avergonzaban las palabras de Yelena durante el sexo.

Yelena se apartó de Emilce.
La puso en cuatro y desde atrás la embestía una y otra vez al tiempo que la masturbaba con sus manos.

—¡Ahh! ¡Ahh!

—¡Sí! ¡Ahh Emilce! ¡Estas tan rica!

Durante un rato en aquella postura hasta hacerla correr.

Luego de su momento de sexo Yelena fue nuevamente a darse una ducha, se vistió y se marchó diciéndole a Emilce que no la espere para cenar.

Emilce se frustró, si Yelena pensaba que podía mantenerla tranquila solamente con sexo momentáneo estaba muy equivocada.

Se sentó en aquella cama aburrida de su propia vida y encendió la televisión.