Capítulo 5: Secreto descubierto

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La luna de miel que parecía eterna llegó a su fin para consuelo de Emilce.
A pesar de que se sentía contenta por tener de vuelta a Yelena los celos e incomodidad eran injustos por tener que ver a Pixis y a ella juntos, ella disimulaba muy bien, Yelena la felicitaba por ello.

Habían llegado algo cansados del viaje, fueron a su habitación matrimonial a descansar, Emilce por su parte fue tranquila a su habitación procesando las palabras que Pixis le había mencionado mientras almorzaban en el comedor después de su llegada. Según él, junto con Yelena acordaron buscarle un empleo, muy pronto Emilce empezaría a trabajar en uno de los negocios de Pixis llevando la contabilidad. No fue mala idea para ella, un nuevo trabajo era necesario para despejar su mente de tantas situaciones incómodas que se avecinaban.

La puerta de su habitación fue abierta sigilosa por Yelena, cerró de inmediato con seguro y se subió encima de Emilce agarrando sus manos sobre su cabeza.

-Yelena...¿Qué haces aquí?

-¿Acaso no me extrañaste?

-Claro que si, no te imaginas cuanto.

Yelena le besó ardientemente en los labios, bajó de inmediato abriendo sus piernas, percatándose que Emilce solo traía su ropa interior de abajo junto con una camisa blanca.
La tocó aún con aquella ropa interior puesta, con su otra mano tapaba la boca de Emilce evitando que gritara.
Le arrancó desesperada aquella prenda y pasó su lengua por cada centímetro de su intimidad, antes de que se corriera, Yelena se apartó y quitó su pantalón junto con lo que traía debajo, ordenándole a Emilce que le chupara el coño hasta hacerla correr como la última vez.

Obediente y sumisa Emilce la complació, la vio correrse lamiendo todo lo que salía para luego tumbarse a su lado, juntando sus frentes y besándose.
El momento de ambas fue interrumpido cuando tocaron la puerta.

-Yelena mi amor ¿Estás ahí?

Yelena se apartó de prisa, se vistió acomodándose preocupada mientras le respondía:

-Si amor, acá estoy...estaba hablando con Emilce de las vacaciones.

-Hmm, entiendo.

Yelena abrió la puerta y se fue con Pixis. Emilce suspiró en derrota, desde ese momento en adelante tendría que acostumbrarse a eso.

En medio de sus suspiros sintió que alguien la miraba, se dio la vuelta mirando la ventana, dándose cuenta que parada en la ventana de la otra casa se encontraba la misma tipa de la otra vez, mirándola fijamente. Emilce sintió pavor, si su vecina había visto lo que antes había hecho podía ser un problema si es que conocía a Pixis.

Los días en la mansión se hicieron cada vez más incomodos, primero porque Yelena empezó a fastidiarse pronto de la presencia de Pixis y su deseo incontrolable de tenerla todo el día en casa. Emilce por otro lado empezó a trabajar teniendo más independencia, Pixis incluso habló con Yelena diciéndole que ya era hora que Emilce viviera en su propio hogar, esta petición resultó en una pelea muy fuerte por parte de ambos ya que Yelena se rehusaba a que apartaran a su querida hermana de ella.

Emilce sabía que era un estorbo para Pixis, él era un hombre sensato pero jamás la hizo sentir incómoda.
Emilce se iba en la mañana y regresaba del trabajo en las tardes, Yelena empezó a sentir celos de ella, no era para menos, cada día se volvía más independiente y rebelde, empezaba a tener compañeros de trabajo, Yelena no la podía controlar como antes. La gota que colmó el vaso fue una conversación comprometedora que Yelena le encontró a Emilce en su celular, los mensajes era por parte de una tal Hange Zoë, su vecina. Ellas se veían en secreto llenando de ira a Yelena, no solo era con Hange, también Emilce tenía fotos desnudas de una tal Mikasa, Yelena tuvo suficiente.

Harta y molesta confrontó a Emilce, tuvo el atrevimiento de pegarle e inclusive intimidarla. Obligó a Pixis a que la despidiera del trabajo, Pixis así lo hizo.

En la carta de despido le habían hecho creer que se debía a falta en su rendimiento  y según Pixis no podía hacer nada pero después vería qué podría hacer.

Emilce empezó a sentirse encadenada, como no estaba trabajando se la pasaba todo el tiempo en casa con Yelena quien la follaba y tocaba a su antojo.  Las cosas entre ellas habían vuelto a la normalidad, Yelena la había perdonado por su supuestas infidelidades. Pixis a veces salía por meses por cuestión de asuntos militares haciendo que Yelena tuviese más oportunidad con Emilce.

Pixis volvió después de una larga jornada en sus asuntos laborales, decidió irse a cenar con Yelena en eso de las 6:00 pm, dijo que no volverían hasta tarde, en el fondo Emilce se alegró.

Tan pronto como ambos salieron Emilce fue corriendo a la casa de su vecina Hange, quien la recibió besándola ardientemente mientras la tocaba por todos lados. Emilce amaba a Yelena, pero sentía que la asfixiaba, le era infiel y no se sentía culpable por ello.

Hange la llevó hasta su cuarto donde frotaron sus intimidades por un largo rato hasta correrse gimiendo duramente.
Emilce volvió a casa antes que Pixis y Yelena, se duchó  borrando cualquier evidencia dispuesta a dormir.

En medio de la madrugada sintió unas manos acariciarla, sabía perfectamente a quien pertenecían esas manos pero se sentía cansada.

-Y-Yelena....tengo sueño, ahora no.

-Ahora si, ahora se me da la gana de follarte (...).

Yelena desnudó a Emilce quien se quedó quieta dejándola actuar, parecía estar desesperada por tenerla porque tan pronto como la desnudó la lubricó con saliva juntando sus coños a su propio ritmo desesperado. Emilce sonreía desde abajo, Yelena era una diosa, a veces se sentía culpable por engañarla pero entonces la idea de Yelena y Pixis haciendo el amor la llenaba de ira, haciéndole suplicar a Yelena que frotara más rápido.

Llegaron juntas al orgasmo, justamente mientras estaban en el cielo disfrutando del orgasmo las luces de la habitación fueron encendidas y un Pixis las miraba con asco desde la puerta.

Emilce era la vergüenza personificada en aquel momento, Yelena se apartó de inmediato, volviendo a poner su bata de dormir.

-Yelena...vístete, cuando termines de vestirte te espero en el estudio.

Pixis tras pronunciar aquellas palabras se marchó.

Sugar Mommy (Yelena x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora