En medio de un ataque de ansiedad encendí el auto y conduje en dirección a casa de Gerard.
Mientras manejaba llamé a los chicos.
-¿Vanya? ¿Está todo bien? - preguntó Frank.
- Creo que Gerard se acaba de suicidar. - dije rompiendo en llanto.
-¡¿QUÉ?! ESTOY YENDO A SU CASA - gritó Mikey.
- No lo sé, acabo de encontrar cartas en mi buzón para Bandit y para mí y en la mía me pide disculpas por decidir suicidarse. Por favor apúrense.
Llamé a los paramédicos y llegué a casa de mi padre, donde estaban estacionando una ambulancia, mis tíos y mi madre. Todos corrimos en dirección a la puerta. Cerrada con llave.
-¡PAPÁ, ABRE POR FAVOR! ¡NO HAGAS ESTO!
- ¡GERARD, POR FAVOR ABRE, HABLEMOS DE ESTO! - Gritaba Mikey con el rostro bañado en lágrimas.
Ray intentaba forzar la cerradura de la ventana con la ayuda de Frank.
Los paramédicos intentaban derribar la puerta.
Mamá me tenía en sus brazos. Ambas llorábamos.
Mikey logró romper la cerradura a patadas y todos entramos corriendo. Bajé a toda velocidad en dirección al sótano. Había luz en el baño.
No, papá... Por favor no.
-Gee, abre la puerta, por favor.
Todos oyeron mis gritos y en el próximo segundo estábamos pateando la puerta del baño. Cuando logramos abrirla, caí desplomada.
La bañera rebosada de agua rojiza, pastillas en el suelo, una máquina de afeitar roja y mi padre yaciendo inconsciente y vestido dentro del agua, con las mangas levantadas.
El muy hijo de puta se cortó las venas.
Te amo tanto pero a la vez te desprecio
