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- Vamos niñas, hablen.

Suspiré.

- Dejé a Bandit un segundo y escapó, pero estaba con Ray y Frank así que ya está bien.

-¿Perdiste a Bandit, Vanya? ¿En un maldito estadio? - dijo mi madre tomando en brazos a mi hermana - Y tú, Bandit, sabes bien que no puedes irte sola. ¿Con quién estabas?

- Con papá.

- Mierda. - suspiró en voz baja. Mi hermana repitió. - No, Bandit, no digas eso.

-¿Por qué? ¿Qué es mierda?

- Eh... Ven, Bandit, vamos a ver a Rowan y a Kennedy - cargué a la pequeña para terminar la conversación.

- Luego voy a hablar contigo - me señaló Lindsey. Demonios.

Desde que Bandit nació, nuestra familia se revolucionó. Todos dejamos de lado muchísimas cosas para estar con la menor de los Way.
Nos habían hecho miles de entrevistas.
Los fans de las tres bandas apoyaron muchísimo a la familia.
Todos estaban encantados con Bandit, tenía la personalidad dulce y amable de Gerard pero físicamente era un clon en miniatura de mi madre.

Me llevé a Bandit hacia las bambalinas y nos sentamos en el suelo a mirar el ensayo. Bandit estaba coloreando a mi lado, cuando toma mi brazo y señala un tatuaje.

-¿Qué dice tu tatuaje? Este, que tiene un corazón.

- Es tu nombre. - dije mostrándoselo.

Efectivamente, en el primer cumpleaños de Bandit me tatué su nombre y un pequeño corazón negro.

Mamá tenía tatuado mi nombre en la nuca y juntas nos habíamos hecho el nombre de Bandit en el brazo. Quisimos incluirlo a Gee pero es belonefóbico, le tiene un miedo incontrolable a las agujas. Ni siquiera accedió a acompañarnos al estudio de tatuajes.

Mamá había salido con Christa, Kristin y Jamia a comprar algo de comida para cuando el ensayo termine, y se llevaron a los demás hijos de la banda con ellas, por lo que sólo quedamos Bandit y yo.

Estaba contestando mensajes en mi teléfono cuando miro hacia mi lado. Bandit no estaba. Otra vez.

Mierda, Bandit. ¿Algún día dejarás de hacer esto?

Miré a mi alrededor, y vi hacia los tíos. Gerard estaba cargando a Bandit y cantaban juntos Summertime, la canción que él escribió para mamá.

No sabía si matar a mi hermana o tranquilizarme porque estaba con papá.

Se acercaba la hora del concierto y la gente comenzaba a amontonarse en la entrada, por lo que preferí tomar un poco de aire fresco antes de que el caos comience, ya que una vez que el concierto comenzara, tendría que estar con mil ojos sobre mi hermana menor. Papá estaría sobre el escenario y mamá estaría ayudando detrás de las bambalinas, como siempre.

Salí a la calle y encendí un cigarrillo. Varios fans de la banda me reconocieron y nos tomamos fotos, saludaron, parecían gente cool. Me senté con ellos un rato sobre la acera mientras esperaban.
Una hora después, la gente comenzó a verse inquieta, pero no comprendía por qué, supuse que el motivo sería que el recital estaba cada vez más cerca de abrir sus puertas.

Ojalá hubiese sido eso.

No comprendí nada hasta que escuché a alguien gritar el nombre de mi padre y las palabras "¡Lo vas a matar!".

Me acerqué hacia el tumulto de gente sobre la calle, donde todos grababan y gritaban.
La escena hizo que me sintiera mareada y parecía que iba a desfallecer en cualquier momento.

Famous Last Words II • Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora