********************* Le pedí a Andy que la mantuviera ocupada. Decidí hacerles caso a los chicos y tomé el primer vuelo que encontré rumbo a Los Ángeles, dispuesto a hacer las paces con mi hija mayor.
Mientras esperaba a que Vanya regresara, me quedé en su living, viendo las fotos y los cuadros. Tenía una con Andy y otra con Bandit que derritió mi corazón.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dios, las extrañaba tanto. Enserio esperaba que Vanya pudiera perdonarme por todo el daño que le causé. Mis hijas son las personas que más amo y las he defraudado terriblemente.
Estaba ensimismado en mis pensamientos cuando sentí algo caminando junto a mi pie. Como todo un hombre valiente y maduro que soy, grité antes de ver que sólo era un pequeño gato negro.
- Hola, tú. - me agaché a acariciarlo, pero escuché la cerradura y me puse de pie enseguida.
Aquí vamos, Gee.
- Hola, cariño.
************************** Era muy extraño tener a Gerard parado en mi living así, de la nada.
- Hola, papá... ¿Qué... Qué haces aquí?
- Vine a tratar de hacer las paces contigo... Si es que tú quieres, por supuesto. Bueno... No necesito recordarte lo que hice porque sé que lo recuerdas y sé que aún duele porque lo que hice fue muy dañino. Lamento mucho haberlas defraudado de la manera en que lo hice. Y sé que últimamente lo digo mucho pero de verdad lo lamento. Siento mucho haberte lastimado. Eres mi pequeña y mi función como padre es protegerte y evitar que te hagan daño, pero el daño te lo hice yo... Lo siento, mucho,Vanya. Te amo a ti y amo a Bandit más que a nada en el mundo.
- Papá...
- De todas formas - interrumpió - sólo vine a disculparme. No quiero pasar la última noche de este año y la primera del siguiente estando mal contigo, pero entenderé si no quieres que siga insistiendo.
La miré a los ojos. Dios, se parecía tanto a Lindsey. Extrañaba tanto a Lindsey.
No obtuve respuesta de su parte, por lo que suspiré y cerré los ojos. No llores, idiota. Te mereces su desprecio. Te mereces que Vanya no te conteste. Te mereces el odio de tu familia. Te mereces todo lo que....
Un momento.
Abrí mis ojos ante esa sensación. Un par de pequeños brazos rodeaba mi cintura. Vanya estaba dándome un abrazo.
Nunca abracé a nadie tan fuerte como abracé a mi dulce Vanya en ese momento.
- Te extraño demasiado, papá.
Listo. Esas cuatro palabras fueron más que suficientes para que rompiera en llanto como un niño pequeño. Lloré como un niño envolviendo a mi hija en mis brazos, como la primera vez que la ví hace cinco años, frágil y pequeña en una cama de hospital.
Los fuegos artificiales hacían el momento aún más mágico.
- Feliz año nuevo, papá.
- Feliz año nuevo, princesa - dije besando su cabeza.