| Prólogo |

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"Los hermanos son tus únicos amigos verdaderos

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"Los hermanos son tus únicos amigos verdaderos. Sin ellos, simplemente eres... Nada."

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Marlene West era una de las personas más importantes en la vida del nuevo metamorfo, Michael West. Y viceversa.

Habían sido los únicos hijos de Tammy y Jonathan West, cuya familia se vió afectada luego de aquel accidente que fue el responsable de la muerte de ambos padres. Desde entonces, solo habían sido ellos... hasta ahora.

Sam Uley había reaparecido en la reserva tras semanas de su desaparición, donde nadie sabía su paradero y donde todos lo estaban buscando, en especial Leah Clearwater, la novia de años del muchacho. Los únicos que no se sorprendieron de su drástico cambio físico y de altura, habían sido los tres ancianos del consejo, Harry Clearwater, Billy Black y Quil Ateara Senior. Quienes en un principio les pareció algo repentino aquel cambio y aparición, pero luego solo decían que era lo mejor que le había pasado a la reserva en años.

A los hermanos les había dado por igual aquel cambio, dado a que ninguno de ellos hablaba con él. Marlene pensaba en que era un chico de edad joven con pensamientos de viejos, se comportaba como un adulto desde que había vuelto, cosa que no le intereso hasta que Paul Lahote y Jared Cameron comenzaron a comportarse de forma extraña.

El Cameron era el gran amigo y compinche de Michael, pero de un día para el otro, simplemente dejó de hablarle y comenzó a ignorarlo. Cosa que a la azabache le dio por los cojones, dado a que su hermano estaba de malhumor y más irritable desde que se alejaron. Incluso, la muchacha, había pensado que ellos terminarían juntos, pero Michael negó repetidas veces el ser homosexual.

Unas semanas después, el hermano de Marlene comenzó a ser más y más irritable, al punto de que cuando se enojaba, temblaba, o daba gruñidos como animal. Algo que llamó demasiado la atención de la nueva manada de la reserva.

Un día, como cualquier otro, los hermanos se encontraban discutiendo sobre el exceso del gasto del poco dinero que tenían, todo estaba siendo gastado en las medicinas inútiles que el muchacho tomaba para calmar la repentina fiebre y temblores. Los hermanos estaban en el porche de su casa, discutiendo a gritos, cuando apareció Jared, Paul y Sam.

-¡Tranquilo, Michael!.-Gritó Jared, tratando de acercarse a su tembloroso amigo.

La muchacha frunció el ceño, y soltó un jadeo asqueada.

-¿Ahora te dignas a hablarle, Cameron?.-Preguntó con recelo.

-No sabes de lo que hablas, Niña.-Murmuró Paul, entre dientes. Tratando de mantener el control de su lobo y no atacar a la humana.

-¡Oh, si que sé!.-Exclamó la azabache.-Se han cansado de lavarle el cerebro a Jared, y ahora quieren que vuelva a hablar con mi hermano. O peor, unirlo al grupo de idiotas con Esteroides.-Dijo con cierto asco en su voz.

-¡MARLENE, CÁLLATE!.-Gritó Michael, respirando agitado.

La muchacha lo miró, y quiso acercarse, pero una mano muy caliente la detuvo. Volteó la cabeza, y se encontró con la mirada penetrante de Sam, quien quedó estático al verla a los ojos. Michael, en un arranque de miedo por lo que le pasaba, corrió al bosque siendo seguido de Jared y Paul, atrayendo la atención de Uley, quien le soltó el brazo a la muchacha y con una última mirada, salió en dirección a donde los otros tres se habían ido.

Lo que nadie sabía, ni siquiera los ancianos lo vieron venir, es que aquella chica de cabello negro como el carbón y carácter fuerte era la primera impronta, luego de tantos años.

ALPHA |1| S.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora