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Los días pasaban y pasaban. La relación, que aún carecía de títulos, iba cada vez más avanzando conforme pasaba el tiempo. Así como también la relación entre la manada, y con la llegada de Kim, todos estaban unidos.
-¿Crees que habrán más Improntas?.-Preguntó Kim a la azabache que terminaba de hornear un pastel.
-Eso espero, es divertido ver a los chicos así.-Murmuró al ver a Jared entrar a la casa como un loco enamorado.
-¿Qué hacen mis bellas mujeres?.-Preguntó el lobo, dándole un beso en la mejilla a Marlene y abrazando a Kim.
-Hicimos 12 pasteles.-Respondió Kim, sonrojada.
-Jared, tu chica es verdaderamente una buena cocinera.-Felicitó la mujer, divertida al ver el sonrojo mayor de la chica.
-Sé que es la mejor.-Respondió Jared, enamorado.
-Jared.-Musito la joven, mientras bajaba la cabeza con una sonrisa. El joven le dio un sonoro beso en la mejilla.
-¿Donde está Sam?.-Pregunto Marlene, luego de unos minutos.
-Ha ido a buscar a Jacob, paso algo y se cabreo.-Comentó el chico.
-¿Jacob, volvió?-Preguntó la azabache.-¿Cuando?.
-Cuando paso la boda de Bella y el chupasangre. Sam te dirá que paso.-Su rostro serio alertó a la azabache.
La tarde fue pasando, Marlene aún pensaba en lo que podría llegar a pasar o que había pasado con el regreso de Jacob. Cuando cayó la noche, toda la manada, incluso Jacob, estaban sentados en la mesa listos para comer lo que Marlene y Kim habían preparado, cada una se sentó junto a su lobo y se dispusieron a comer.
-Mi tía Sophia me ha dicho que mañana hay día soleado, podríamos ir a la Push, ¿No lo creen?.-Pregunto Kim.
-Si, los chicos no tienen nada que hacer, está todo muy tranquilo.-Dijo Marlene, con una sonrisa a la chica.
-Hasta que la conviertan.-Gruño Jacob, molesto.
-Jacob.-Llamó Sam.
-Jake, deberías dejar a Bella, ella no es tu impronta, hermano.-Dijo Jared, desde su lado de la mesa, que quedaba al otro lado donde estaba el chico.
El chico ignoró el comentario, se levantó de la mesa sin probar bocado y salió de la casa. Sam suspiró cansado, y el resto de los lobos rodaron los ojos con irritación.
-Bien, necesito que me digan que es lo que paso.-Habló Marlene, tras varios minutos en silencio.
-Yo también quiero saber.-Dijo Kim, apoyando a la otra chica en su duda.
-Jacob lleva unos meses o un año, no recuerdo, enamorado de Bella Swan, la hija del sheriff. -Comenzó Jared.-Pero la chica estaba con un Cullen.
-¿Con un Vampiro?.-Preguntó Kim, asombrada.
-Sí. Lo que ocurre es que Jacob ha querido forzar la imprimación con ella, pero los ancestros no estaban de acuerdo.-Siguió Sam.-Cuando paso la boda, Jacob llegó y se enojó cuando Bella le dijo que sería una luna de miel normal y común, cosa que no le gustó a Jacob.-Suspiró. -Ya no es tema de nosotros, lo que ella haga o deje de hacer si eligió esa vida.
-Hay que darle tiempo, chicos.-Dijo Marlene, mirando a todos con una sonrisa cálida. Todos asintieron y continuaron comiendo.
Marlene yacía acostada en su cama, Sam aún no volvía de su última guardia. Ella pensaba en que aún no tenían un título, y en cuanto su corazón estaba amando a aquel hombre.Un sonido la regreso a la realidad, unas pesadas pisadas en la cocina que le hicieron que Sam había vuelto a la casa. Se acomodó en la cama, sentándose en esta, y mirando a la puerta que segundos después fue abierta por Sam.
-No debías esperarme.-Regañó el hombre, sacándose las deportivas.
-Tenía frío, y estaba esperando a mi estufa peluda.-Bromeó ella.
Sam rió. Muy pocas veces se le veía reír, pero con ella solía hacerlo siempre. Ella era su debilidad.
-Ya llegué. -Continuó él, acostándose en la cama.
-Sam.-Llamo ella, el lobo tenía sus ojos cerrados pero movió la cabeza para que siguiera hablando.-No tenemos título.-Susurro.
El chico se levantó de la cama, abrió los ojos y volteó a verla. Sintió que el corazón de ella bombeaba con fuerza.
-¿Y que quieres ser?.-Preguntó.
-No lo sé, nos hemos besado, y te he dicho que te quiero.-Murmuró sonrojada.
-Lo sé.-Susurró con una sonrisa.-Pero yo seré lo que tu quieres que sea, Mar.
-Se supone que debes preguntarme tú, pero lo haré yo.-Dijo Decidida.-¿Quieres ser mi novio, Sam?.
Él sonrió, sentía que su lobo estaba feliz y su parte humana estaba más que contenta. Se acercó a ella y la besó cortamente.
-Sí.-Dijo cuando separo sus labios.
Mar lo miró a los ojos, con una sonrisa. Se acercó a él y lo besó, pero esta vez, con ferocidad, con hambre. Sam no se quedó atrás, y la acerco a él, hasta dejarla sobre su regazo. Acariciaba su espalda mientras ella tironeaba de su cabello suavemente, el beso estaba subiendo de intensidad, y él escuchaba el corazón acelerado de su impronta, decidió parar.
-¿Estás segura, Mar?.-Pregunto Él.
-Contigo, siempre.-Dijo para luego volver a besarlo con la misma intensidad.
Sam hizo que voltearan en la cama, quedando él sobre ella, se separó de sus labios y comenzó a dejar besos en su rostro, principalmente en el lugar donde estaban las marcas que estarían de por vida en este, luego pasó a su cuello. Ella jadeaba, se sentía en el paraíso.
-Te amo, Sam.-Susurró ella con los ojos cerrados.
-también te amo, Mar.-Dijo, acercándose a sus labios y dejando un beso en estos.
Esa noche, ambos se unieron, en alma y cuerpo.
Se amaban. Eso era un hecho.
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ALPHA |1| S.U
FanfictionLibro n°1 de la saga: "Improntas Quileutes." "-¿Y yo qué tengo que ver con éste tipo? -Más de lo que creerías, Mar, más de lo que creerías." 👤 Sam Uley