Capítulo 5: Una Hoguera con los lobos y el consejo.

22.4K 2K 383
                                    

᯽ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ߷ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ᯽

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

᯽ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ߷ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ᯽

Marlene estaba haciendo unos Muffins para los lobos hambrientos que no tardarían en llegar de sus guardias y entrenamientos con el nuevo. La semana había pasado, el jefe Swan se estaba encargando para llevar a juicio al dueño de la librería, y Sam estaba más que atento a su impronta.

Los dos lobos, Sam y Michael, habían acordado con la azabache a que no trabajara por un tiempo... Al menos hasta que ella se sienta mejor mentalmente, y le aseguraron que ellos se ocuparían de los gastos y de conseguir dinero. Ella estaba tan cansada y se sentía tan humillada, que no puso objeción alguna. Ahora se dedicaba probar hacer nuevas recetas o a hacer dibujos, ella era muy buena en el arte de hacer retratos.

—¿Qué tal, Mar?.—Saludó Sue Clearwater, entrando a la casa de Sam, eso era tan normal, la gente pasaba como si nada al tener la puerta abierta de par en par.

—Buenos días, Señora Clearwater.—Saludó con una sonrisa incómoda, pues el hecho de que la madre de la Ex de tu "Lobo", te hablara o no te tratara de Zorra, era algo que le incomodaba.

—Ya hablamos de esto, Mar.—Suspiró Sue.—Puedes decirme, Sue o Tía, no me llames por mi apellido.—Regañó con una sonrisa maternal.

—Si, lo siento, Seño.. Tía Sue.—Murmuró avergonzada, volviendo su vista a su mezcla para Muffins.

Los Clearwater en la vida de los West habían sido algo muy importantes, dado a que los padres de los mellizos eran viejos amigos de la familia vecina y que además, estos mismos fueron quienes más apoyaron a los desolados hermanos tras la pérdida de sus padres. Por ello, desde pequeños, llamaban a los mayores Clearwater, Tía Sue y Tío Harry. Haciendo que a Leah y Seth los vean como primos, aunque con estos no tenían tanto trato.

—¿Muffins de Chocolate y Canela?.—Preguntó Sue, caminando por la pequeña cocina hasta llegar a su lado.

—La receta de mamá.—Murmuró Marlene, con una sonrisa nostálgica. Ella extrañaba a sus padres, aunque no lo demostrara como su hermano.

—Y los mejores que he probado, aunque nunca me dijo su ingrediente secreto.—Comentó Sue, con una sonrisa divertida.

—Y yo no quebrantare el silencio.—Rió la azabache mientras mezclaba en el Bowl rojo.

—Me lo supuse.—Susurró Sue, con diversión. Ambas mujeres rieron por lo bajo hasta quedar en silencio nuevamente.

—¿Qué la traía por aquí, Tía?.—Preguntó Marlene, poniendo la mezcla en los moldes y llevándolos al horno.

ALPHA |1| S.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora