Libro n°1 de la saga: "Improntas Quileutes."
"-¿Y yo qué tengo que ver con éste tipo?
-Más de lo que creerías, Mar, más de lo que creerías."
👤 Sam Uley
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Maratón (3/3)
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Cuando Sam reaccionó, ya era demasiado tarde.
La bella Marlene estaba en el suelo rodeada de sangre, con una gran herida en el rostro, y estaba sumida en una profunda inconsciencia.
Él solo escapó. Se sintió un Monstruo.
Michael volvió a su forma humana, tomó unos pantalones del viejo uniforme de los antiguos trabajadores que habían allí guardados, y tomó a su hermana en brazos. Corrió al hospital, su corazón latía con fuerza, dolor y tristeza. Sentía que algo en su ser, poco a poco, se iba apagando, como si ella estaría muriendo.
Entro al hospital a los gritos, llamando la atención de todos los presentes. Una camilla se acercó siendo arrastrada por varios médicos de ahí, y se llevaron a la joven rápidamente. Él no paraba de llorar, sentía que su cuerpo dolía a mil demonios, se sentía desfallecer. Su teléfono sonó.
—¿La encontraron?.—Preguntó Paul, al otro lado de la linea. Se oían las voces de Embry, Jared y Jacob.
—Hospital. Sam. Traigan al consejo.—Logró formular entre sollozos, y colgó. Dejando a los cuatro lobos en un estado de confusión y cierto miedo.
Minutos después, los seis lobos, incluso los nuevos, el consejo (Sue había tomando el puesto de Harry), estaban en el hospital buscando a Michael. Cuando lo encontraron en el pasillo de espera, se acercaron a él.
—¿Qué ocurrió?.—Preguntó Paul, con desespero.
—¿Donde está Sam?.—Preguntó Billy.
Michael comenzó a llorar nuevamente, y entre sollozos explicó.
—Marlene se fue de la casa.—Sorbio la nariz.—Supongo que por las peleas que habían desde ayer.—Miro de reojo a Leah.—La buscamos, y encontramos en la librería.—Sollozo al recordar.—Dijo cosas horribles a Sam, y él se descontroló... él....—Lloró con más fuerza.—Le dio un zarpazo en su cara, y luego se fue... El corazón de Marlene latía muy poco cuando la traje.
Todos quedaron en silencio. Leah sintió culpa. Sue tomo la mano de su hija y la hizo caminar afuera en cuanto la vio respirar con dificultad. Los demás quedaron viendo con sorpresa al West, no podían creer lo que había pasado.
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