Libro n°1 de la saga: "Improntas Quileutes."
"-¿Y yo qué tengo que ver con éste tipo?
-Más de lo que creerías, Mar, más de lo que creerías."
👤 Sam Uley
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
᯽ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ߷ᚔᚔᚔᚔᚔᚔ᯽
A este punto, muchas cosas habían pasado.
Entre ellas, hubo una guerra en la manada. Resulto ser que Bella estaba embarazada del vampiro, y eso no era bueno para la manada. Jacob creo su manada, junto a los hermanos Clearwater. Pero luego, resultó que el bebé, en este caso era una niña, era la impronta de Jacob. Y como la ley dice, nadie podría lastimarla. También se habían unido dos niños de 13 años a la manada, Collin Lettlesea y Brady Fuller.
Ahora la manada estaba algo extraña, aunque los hermanos Clearwater eran parte de la manada de Jacob, eso no significaba que ellos no eran bienvenidos a la casa Uley. Marlene estaba firmemente del lado de Jacob, pero por cuestiones, no había podido unirse. Ahora, todos estaban planeando a espaldas de la chica y su mellizo el cumpleaños de ambos.
Ees día era el cumpleaños número 20 de ambos West. Sam era el que más preocupado estaba por ese día, ya que no sabía que regalarle. Realmente estaba preocupado.
Kim estaba horneando un pastel en su casa con Embry, Jared y Quil, aunque estos tres estaban atrasando el trabajo más que ayudando. Mientras que Paul, Leah y Seth, estaban comprando las cosas para decorar el lugar donde sería la fiesta. Sam estaba con los novatos en el bosque, enseñándoles las normas y como hacer su trabajo, él no era duro con ellos, pues Marlene le dijo que eran niños y debía tratarlos bien, y que digamos, Sam no quería ver a su novia molesta.
-Mar, hay algo que quiero decirte.-Dijo Michael, él estaba ayudando a su hermana en la librería que estaría por inaugurar en unos días.
-Dime, M.-Murmuró, dejando la caja sobre el mostrador, para mirar a su hermano.
-Sabes... Hace unos días me han llamado de un trabajo.-Dijo nervioso.
-Eso es genial. ¿Hablaste con Sam?.-Preguntó con una sonrisa.
-Sí, pero el problema es que... El trabajo es en Canadá.-Dijo en un susurro.
-¿Canadá?.-Preguntó, borrando su sonrisa.
-Sí... Sam me dijo que estaba bien, pero que debía hablar contigo antes.-Se acerco a ella, y tomo su mano.-Hay algo allá, algo que me está llamando.
-Michael, no debes darme explicaciones.-Dijo con una sonrisa triste.-Tú eres quien decide su futuro, yo siempre te apoyaré en tus decisiones como tú lo has hecho conmigo.-Lo miro a los ojos.-Y lo que sea que te esté llamando, sé que será algo que te hará feliz.
-Vendré en navidades, y para nuestro cumpleaños.-Prometió.
