Libro n°1 de la saga: "Improntas Quileutes."
"-¿Y yo qué tengo que ver con éste tipo?
-Más de lo que creerías, Mar, más de lo que creerías."
👤 Sam Uley
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Maratón (1/3)
*GIF de mis bebés porque sí
ACLARACIÓN ANTES DE LEER:
Bebes, en estos capítulos que leerán podrán ver a una Leah totalmente diferente a como la conocemos. No la odien, recuerden lo doloroso que es todo lo que está pasando. No estoy incitando al odio hacia mi bella Leah, solo es para la trama, pronto entenderán todo.
Y los tiempo de los libros/películas no son los mismos. Como aclaré en un principio, todo esta adaptado a mi idea.
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La noche pasó como un cuento de hadas, ambos enamorados estuvieron por horas bailando, tomando té en el porche de su casa, hablando y mirándose como si nadie más oyera o viese (aunque habían ciertos perros gigantes que miraban la escena con cariño y admiración desde el límite del bosque. ). Cuando la humana comenzó a tener sueño, el lobo la levantó y llevo a la chica como una princesa a la cama, arropandola y con la intención de irse al sofá, pues no quería aprovecharse ni ser descarado, era la primera noche en la que se había besado, y aunque moría de ganas por quedarse, no quería incomodarla, pero la chica tenía otra cosa en mente y tironeo de él para que se acostara con ella.
Para Sam, era como estar en el cielo, y para Marlene, era como estar en el infierno por el calor que emanaba del cuerpo de Uley. De todas maneras, ambos durmieron mejor que nunca.
A la mañana siguiente se despertó por unos ruidos en la cocina, sentía el peso de un brazo caliente alrededor de su cintura. ¿Como podía dormir Sam con tanto ruido?, se preguntó somnolienta. Forcejeó para poder salir de la cama, pero ni esos brazos la soltaban, ni ese lobo quería que se levantara.
-Sam, hay alguien en la casa.-Susurró Marlene en el oído del chico que permanecía con los ojos cerrados.
-Son los chicos, sigue durmiendo.-Respondió con la voz ronca, causando leves escalofríos a la humana.
-Pero ya no tengo sueño.-Murmuró con el ceño fruncido y haciendo puchero.
Y ese fue un gran error. Sam abrió los ojos como depredador en busca de una presa, la miró a los ojos y ella notó algo extraño en estos, estaban oscuros, quiso golpearse por haber dicho eso, porque cuando se dio cuenta, Sam la tenía aprisionada contra el colchón y dándole besos por el rostro, sintió una presión en su vientre y abrió los ojos sorprendida al saber de que se trataba.
-¡SAM!.-Gritó Michael.-¡MÁS TE VALE NO ESTAR HACIENDO LO QUE CREO QUE ESTÁS HACIENDO CON MI HERMANA!.
La risa traviesa de los chicos resonó en toda la casa, la joven azabache se sonrojo y finalmente, aunque a regañadientes, el lobo la dejó escapar. Sam salió de la habitación, dejándola sola para poder cambiarse, podía oír con claridad la serie de insultos que su hermano le dedicaba a su ¿Lobo?, tan siquiera tenían título y ya lo había besado y dormido con él.
