Libro n°1 de la saga: "Improntas Quileutes."
"-¿Y yo qué tengo que ver con éste tipo?
-Más de lo que creerías, Mar, más de lo que creerías."
👤 Sam Uley
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Dos días después de aquella conversación, la relación entre los Imprimados fue de a poco mejorando. Sam estaba de muy buen humor, pues su impronta estaba cada vez más cerca de él, incluso la oyó hablando con su hermano Michael, diciendo que estaba pensando en decirle que deje de dormir en el sofá que estaba a medio reparar, con la excusa de que ya no podía dormir bien allí.
El jefe Swan había ido a visitar a la chica al otro día del día que golpeó a Nicolás. El muy cobarde fue a la comisaría a llorar que había sido agredido por ella, pero luego de que Marlene le mostrara las cicatrices que él había dejado en ella más los mensajes acosadores que le había mandado antes de aquel día y de meses anteriores, el jefe de policías tomó una denuncia de ella contra él por maltrato y alegó que aquello que hizo fue en defensa propia. También le informo que su ex jefe, había sido encarcelado tras denuncias de sus compañeras del trabajo. Marlene tomó la decisión de comprar la vieja librería con sus ahorros de años, y comenzar a trabajar allí.
Las cosas iban de maravillas para la intranquilidad de Marlene, ya que para ella el dicho de "Lo bueno y tranquilo dura muy poco.". Sin embargo, no dejaría que aquello arruinará todos sus buenos planes.
Esa mañana iba a ir a hablar con el señor Daniels por el tema de su renuncia al empleo que duró semanas. Le apenaba ir y renunciar al trabajo que le había dado el hombre en su búsqueda de dinero y distracción, también extrañaría la compañía de Kim.
—Lene, ¿Sabes dónde está Embry?.—Preguntó Jared, quien había entrado a la casa como si nada.
—Sam lo llevo a hablar con el consejo.—Respondió Marlene, dejándole un gran plato de comida en la mesa para el chico que llegaba de una guardia.
—¿Qué ha hecho?.—Pregunto curioso.
—Su madre cree que está metido en las drogas, ya que sale por las noches y no regresa hasta la tarde.—Contestó haciendo una mueca.—Sam cree que lo mejor es que su madre sepa de esto, y el consejo lo aceptó... Pero Embry es el que se niega a decirle.—Suspiró.—Tiene la idea de que su madre no lo aceptaría siendo un "Monstruo".
—Por lo menos él puede decidir si quiere decirle o no.—Murmuró cabizbajo.—Yo no pude.
—¿Por qué?.—Preguntó Marlene preocupada por el comportamiento repentino del chico. Se sentó junto a él y espero a que le dijese.
—Una noche, luego de que entrara en fase por primera vez, mi hermana menor, Katherine, me sacó de mis cabales... Y perdí el control, me transforme en la sala.—Contó, moviendo la comida de un lado a otro, nervioso.—Casi mató a mi hermana, y desde entonces me tiene miedo. Mis padres supieron entenderlo, ya que saben de las leyendas y solo fue cuestión de tiempo para comprender, pero con Katherine no fue así.—Suspiró triste.—Pidió que la llevarán a la casa de mi tía Alex, en Reino Unido, desde entonces no la veo.
