En un jardín bellamente arreglado y decorado se podía escuchar unas suaves risas animadas que alegraban el ambiente ya alegre con el excelente tiempo. Se podía ver 3 sombras grandes rodeando a una pequeña que estaba acostado en un coche.
-Elena mira al príncipe!. Su agarre es fuerte, de seguro en un futuro será un hombre muy fuerte que no le temerá a nada-dijo entre risas Astrid que tenia su meñique agarrado por el príncipe que se reía y movía su mano libre para atrapar a una mariposa que volaba cerca suyo.
-Haha eso es algo muy seguro ¿No lo crees Adrián?-
-No hay duda de ello-
Los presentes soltaron nuevamente unas suaves risas. Era de mañana y con un buen tiempo decidieron sacar al príncipe a tomar aire. Elena le pidió a Adrián que sea su escolta esta vez, con el presente era suficiente por el momento.
Ya habia pasado 2 semanas completas que fueron relativamente tranquilas y Elena en ese tiempo se pudo familiarizar poco a poco con los asuntos del palacio Peridoto. Aun no pudo encontrar a personas que la satisficieran para ponerlas en el puesto de Mayordomo principal y jefa de mucamas, gracias a eso ella era la que se encargaba personalmente de todo y eso le generaba mas trabajo. Todo eso llevo a que su deseo de encontrar rápidamente a gente que ocupara esos puestos se intensificara, sin embargo aun con ese deseo su precaución y recelo evitaban que tomara una decisión apresurada de la que podría arrepentirse.
Ese día en especial era su día de vacaciones y podría descansar por lo menos 3 días de su ajetreada vida laboral. En esos 3 días las que la cubrirían en algunas de sus funciones serian las gemelas Lacia y Ellis. Usaría estos días de ausencia para probar a esas gemelas, quería saber si conocían sus posiciones o tenían motivos ocultos.
Serian Astrid y Adrián los que vigilarían sus movimientos y se los informarían en su regreso.
-Debes asegurarte de descansar apropiadamente Elena-Astrid comento con una suave sonrisa.
-Eso es verdad. Recuerda que el cuerpo es un templo que necesita muchos cuidados-apoyo Adrián que vigilaba los alrededores con total atención aun cuando estaba en una posición relajada. Siempre estuvo en total alerta.
-Lo se, lo se, no necesitan preocuparse. Estos 3 días los aprovechare lo mas que pueda-De eso estaba segura. En esos 3 días tenia planeado buscar un poco de información del gremio de Informantes y si podía del gremio de asesinos. Necesitaba gente a su disponibilidad que obedecieran sus ordenes y no era renuente a usar un poco de dinero para eso.
Después de eso intercambiaron un poco de palabras, hasta que Elena se despidió y se retiro a su habitación a buscar sus pertenencias.
En el camino a su habitación pudo escuchar diferentes murmullos que solo sirvieron para hacerla sonreír divertida.
-Mira a esa plebeya...-
-...Quien se cree que es? Es solo una simple plebeya-
-Mph debería conocer su lugar...-
-Solo por tener el apoyo de la Emperatriz se cree con el derecho de creerse superior a nosotras que somos nobles de nacimiento...-
Esas eran palabras que escuchaba muy a menudo desde que tomo el puesto de administradora. Mucha gente estaba insatisfecha con que ella, una plebeya, hija de un comerciante tuviera mas autoridad que todos ellos. Siempre se quejaban entre ellos creyendo que ella no escuchaba.
Y su insatisfacción solo incremento con sus acciones en las dos ultimas semanas. Esas dos semana además de usarlas para familiarizarse con el palacio Peridoto, también las uso para castigar a cualquiera que propasará los limites o se atreviera de mostrar cualquier señal de indisciplina.
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Reencarne como sirvienta del príncipe maldito
FantasyElena era una amante de los libros y novelas.Pero quien hubiera pensado que reencarnaría en un libro que leyó unos días antes del desafortunado accidente que le quito la vida. La primera vez que abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en un luga...