-Te sientes mejor?-pregunto preocupada Astrid mientras ambas caminaban juntas a su dormitorio.
-Si todo es gracias a ti, eres la mejor-dijo dándole una dulce sonrisa.
-No es para tanto-dijo con una brillante sonrisa.
Ambas iban a su habitación que compartían hasta que pasando por un pasillo encontraron a la mujer que estaba con la Emperatriz y la que tenia al bebe.
La mujer se estaba dirigiendo a su habitación con el niño aun en brazos, tenia una expresión complicada.
-Adonde se llevara el niño Marta?-dijo Astrid con una mirada llena de dudas.
-Se suponía que el bebe recién nacido dormiría los primeros 3 meses en la misma habitación que la Emperatriz pero ahora no se que hará Marta-ella tenia curiosidad, en el libro no dio mucho detalle de los primeros meses del bebe, solo mostraron los maltratos que sufrió cuando ya tenia 4 meses de edad para adelante.
-Marta capas lo cuide en su habitación?-
-No se pero no crees que lo mejor seria ayudarla? me preocupa que ahora en estos momentos este sobrecargada de trabajo con lo de la Emperatriz y ahora con el príncipe-A Elena solo le importaba el bebe así que ella iba a aprovechar esta oportunidad para tratar de empezar a cuidarlo.
-Tu siempre eres tan amable!!-dijo mientras le acariciaba la cabeza-Pero no nos pasara nada malo estar cerca de el?-
-Tu en serio crees sobre la maldición?-pregunto con la voz algo tensa, ella se estaba esforzando por mantener su sonrisa y no fruncir el ceño.
-Las palabras del Cardenal son siempre verdaderas o ¿Acaso tu desconfías del Cardenal?-le dirigió una mirada de preocupación.
-Como crees es solo que todo sucedió tan rápido que aun me cuesta creerlo completamente-dijo rápidamente .Ella recordaba que en este lugar la iglesia tenia mucha importancia en la vida de la gente, la iglesia tenia influencia hasta en algunos asuntos políticos referidos al Imperio.
-Tienes razón pero ir a ver a ese bebe es... complicado-dijo nerviosa-Si el mismo Cardenal dijo esas palabras no crees que lo mejor seria alejarnos de el? mira si por estar cerca de el nos pasaran cosas por su maldición-
-Tu lo crees así?-pregunto con una voz monotoma.
Ella al leer el libro sabia que todos pensaban así, una sola palabra de ese Cardenal arruino la vida de un niño eso no la debería sorprender pero ver todo en persona la sacudió un poco.
-Mira Elena se que eres muy amable y de que aun eres aun una niña pero tienes que pensar mas en tu futuro en vez de arriesgarte ¿Si?- Astrid quería intentar de persuadir a Elena, le preocupaba de que algo le pudiera pasar, ella estaba segura de que si el Cardenal dijo que estaba maldito era por que ese niño solo iba a traer desgracia a la gente de su alrededor-Lo mejor seria solo ignorarlo-
-...-Elena solo pudo quedarse en silencio.
-En vez de preocuparnos por el nos deberíamos preocupar por la Emperatriz, recuerda que si la Emperatriz esta bien nosotros estaremos bien pero si no es así entonces nos esperan días difíciles-dijo angustiada.
-Lo entiendo-
A Elena en realidad no le preocupaba lo que le podría suceder a la Emperatriz después de todo ella ya sabia lo que le iba a suceder.A la Emperatriz la iban a degradar a convertirla en una simple Concubina Imperial por dar a luz a un hijo Imperial maldito, iba a estar bajo sospecha de usar magia prohibida, todos la iban a comenzar a despreciar, el Emperador solo la apartaría aun lado, su familia paterna comenzaría a ser atacada por cualquier lado hasta perder todo su poder, su padre por la humillación y ira iba a tener un ataque al corazón que lo mataría, ella seria abandonada por su familia.Cuando piensas en eso sentirías lastima por ella pero en realidad eso se lo busco todo ella sola.
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Reencarne como sirvienta del príncipe maldito
FantasyElena era una amante de los libros y novelas.Pero quien hubiera pensado que reencarnaría en un libro que leyó unos días antes del desafortunado accidente que le quito la vida. La primera vez que abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en un luga...