Elena aun que sabia que era imposible no podía dejar ir fácilmente la idea de hacer que el Emperador ame a la Emperatriz, si ella lograba que eso sucediera, Asher tendría una vida mas fácil.
Pero sabia que muy bien que aun que quisiera hacer que ambos se enamoraran era una misión suicida.
Después de todo como podría ella darle consejos amorosos a la Emperatriz? En el momento que dijera una palabra la Emperatriz de seguro que la manda a que la ejecuten y no hablar del Emperador.
Hacer que ambos se enamoraran seria cosa imposible para Elena pero si usara a alguien mas?...
Eso podría funcionar pero la duda era quien podría ser usada.
Tendría que ser alguien muy cercana a la Emperatriz, alguien que no importa que dijera no seria castigada, alguien que tenga poder sobre la Emperatriz...
Elena estaba pensando seriamente en quien podría ser... hasta que se le vino un nombre a la mente.
*Marta!!*pensó con una sonrisa maliciosa en su rostro.
Ahora lo que quedaba era como hacer que Marta cambiara a la Emperatriz y de esa forma se adaptara a los gustos del Emperador como lo hizo la princesa del Reino Saadi.
Ella sabia que la principal razón por la que el Emperador se sintió atraído a la princesa fue por que ella lo ignoraba o era indiferente con el.El Emperador que siempre recibió atención de todas las mujeres desde que era un niño se sintió curioso de encontrar a una mujer que no le prestara atención.De esa curiosidad nació la atracción y de ahí el amor.Para ella eso era realmente muy cliché pero en estos momentos le servia.
Elena no sabia exactamente que hacer para cambiar a la Emperatriz, esa mujer estaba locamente obsesionada con el Emperador como podría ella ignorarlo?.
Mientras ella estaba perdida en sus pensamientos escucho un dedil sollozo.
Al oírlo corrió al lado de la cuna y vio que Asher estaba a punto de comenzar a llorar así que lo levanto con cuidado y lo mesio suavemente en su brazos mientras le cantaba una canción de cuna.
Ella escucho que alguien tocaba la puerta y se sobresalto, se dio cuenta que había dejado su cuaderno sobre el sillón así que antes que se abriera la puerta corrió y lo escondió debajo de una de las almohadas.
Escucho a la puerta abrirse y se dio la vuelta para ver al recién llegado, su sorpresa fue encontrarse con Astrid que entraba cohibida a la habitación.
-Astrid que te trae por aquí?-pregunto curiosa.
-Bueno la verdad es que... quería ver como te encontrabas-dijo mientras su mirada se dirigía entre el bebe en sus brazos y ella.
Elena se dio cuenta lo que quiso decir, Astrid estaba preocupada por que le pasara algo por la visita de la Emperatriz y aun que estaba asustada por la "maldición" cosa que quedaba obviamente en claro por la distancia que aun mantenía de ella se obligo a si misma a verificar si estaba bien.
-Me encuentro perfectamente bien, no te preocupes-dijo con su mejor sonrisa.
Astrid al escucharla soltó un suspiro-Sabes Elena... creo que tomaste una buena decisión al decidir cuidar al príncipe-dijo con sumo cuidado.
Elena dio un paso adelante y vio como Astrid dio un paso atrás.Al percatarse de eso se quedo quieta.
-Astrid le tienes miedo al príncipe?-pregunto en voz baja y viéndola directamente a los ojos.
-Bueno... yo sinceramente le tengo un poco....-Astrid bajo sus ojos al sentirse muy observada por los ojos de Elena, sintió que esos ojos podían ver hasta a su alma cosa que la puso muy incomoda.
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Reencarne como sirvienta del príncipe maldito
FantasyElena era una amante de los libros y novelas.Pero quien hubiera pensado que reencarnaría en un libro que leyó unos días antes del desafortunado accidente que le quito la vida. La primera vez que abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en un luga...