Una procesión de sirvientas y mayordomos iban siguiendo al viceministro y a la Emperatriz que iban al frente. Todos se dirigieron a un palacio que estaba a unos pocos kilómetros del palacio de la Emperatriz.
Elena estaba al lado de la Emperatriz con el príncipe en sus brazos. Unos pocos minutos llegaron frente a un palacio que no era ni grande ni pequeño, solo el tamaño perfecto para un príncipe. Pero Elena pudo ver que este palacio fue diseñado con mucho cuidado y en el jardín de enfrente había una hermosa fuente con una mujer vestida con un largo vestido y sosteniendo una vasija que era donde salía el agua, todos los arboles estaban plantados en orden y las flores estaban en plena floración y se podía sentir levemente el aroma de las flores que hacían sentir cómodo a cualquiera que pasara por el lugar, el simple echo de ver el exterior del castillo hacia que la gente sintiera la grandeza y belleza del mismo.
Para Elena esta no era la primera vez que lo veía ya que antes de su muerte había podido ver imágenes que la autora subió y en una de esas imágenes estaba este mismo castillo pero aun cuando ella ya lo había visto no pudo evitar sorprenderse. Era una gran diferencia verlo en una imagen y verlo de persona. Además de que ella sabia muy bien que este castillo tenia un significado oculto.
Este palacio otorgado por el Emperador era una muestra de la importancia que le dio a Asher aun a pesar de su supuesta "maldición". En realidad Elena sabia muy bien que de cierta manera el Emperador protegió a Asher al momento de sus primeros años ya que la iglesia le habia recomendado la "idea" de "liberar al príncipe de su maldición" que en pocas palabras solo le estaban diciendo que matara al príncipe.
Pero el Emperador se opuso a la idea y para evitar peligros futuros le dio su propio palacio a Asher a una corta edad para demostrar que a el no le desagradaba su hijo "maldito" pero lamentablemente aun haciendo eso hubo muchas personas que querían la vida del joven príncipe y el Emperador estaba demasiado ocupado con todos los asuntos del Imperio como para poder cuidarlo ya que en los primeros años de Asher el Imperio paso por muchos problemas como reinos conquistados que se negaban a aceptar estar bajo el poder del Imperio, rebeldes que se levantaban uno por uno, miembros restantes de la realeza de los reinos conquistados que se escondían, la iglesia que poco a poco estaba fortaleciéndose y que generaba alarma, nobles que querían obtener mas beneficio, entre muchas otras cosas.
Los siguientes años estarían envueltos en muchos problemas para el Imperio y habría mucha gente que sufriría por tal cosa pero eso era algo inevitable. Todo eso era necesario para que el Imperio se estabilice y pueda hacerse mas rico.
Claro que esta que una de sus maneras para "enriquecerse" era vender esclavos de guerra que habían perdido cualquier derecho y solo eran visto como objetos utilizados para la diversión o beneficio de sus dueños. Muchas personas comprarían esos esclavos para que trabajen para ellos hasta la muerte sin siquiera pagarle un solo centavo.
A Elena eso le desagradaba pero conocía muy bien su lugar y limites. Ella sabia perfectamente que es lo que podía y no podía hacer, lo de los esclavos era una horrible consecuencia de la guerra, ser el perdedor en una guerra era lo mismo que perder cualquier derecho que alguna vez tuviste, la parte ganadora podía hacer cualquier demanda y la parte perdedora solo podía aceptarla, todo eso era lo que traía una guerra.
Elena estaba perdida en sus pensamientos cuando vio como la Emperatriz entraba al palacio, al ver eso comenzó a caminar.
Cuando entro no pudo evitar soltar un sonido de sorpresa, si el exterior ya era esplendido el interior lo superaba por creces, el techo estaba lleno de pinturas que eran tan hermosas que podían sacar a cualquier persona que lo viera un suspiro de admiración, los candelabros en el techo brillaban casi como estrellas, el piso era casi como un espejo de los pulido que estaba, a simple vista se podía ver que lo limpiaron a fondo sin dejar si quiera una mota de polvo, los muebles de la entrada se podía ver que estaban echo muy finamente y con el mejor material, todo esa grandeza y solo estaban en la entrada.
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Reencarne como sirvienta del príncipe maldito
FantasiElena era una amante de los libros y novelas.Pero quien hubiera pensado que reencarnaría en un libro que leyó unos días antes del desafortunado accidente que le quito la vida. La primera vez que abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en un luga...