Toma el teléfono.
¿Bueno? ¿Que quieres Severiano?
S: Rivero! Buenos días, como siempre con tus buenos modales. Pero que se puede esperar.
F: Al grano ¿que quieres?
S: Hablar con María
F: De que!
S: Es personal
F: Lo que esté relacionado con ella me incumbe
S: No aquí.
F: ¿Para que la buscas?
S: Dame con ella, te dije que es personal!
F: Severiano no quiero que te acerques a María!
S: ¿Por qué? No quieres que se entere de Cristina?
F: Cállate! No hablarás con mi esposa y mucho menos de Cristina!M: ¿Mí amor? ¿Quien quiere hablar conmigo? Y ¿quien es Cristina?
F: Ehh, nada, nada... Yo luego te explico, ve a desayunar, ahi te alcanzo.
( Al teléfono) te atenderé por la línea del despacho.Segundos más tarde...
F: ¿Me puedes decir que demonios quieres hablar con mi esposa??!
S: ¿Que pasó Rivero? No me digas que María no sabe de Cristina..
F: Ese no es asunto tuyo.
S: Si que lo es! Esa mujer se quedó sola y tu le vas a arruinar la vida!
F: ¿Para eso llamaste verdad? Para decirle puras patrañas sobre mi.
S: No son patrañas! Es la verdad, eres un cabarde, no tienes escrúpulos, fuiste capas de comprar una mujer!
F: Y tu dejas mucho que desear! Dime, ¿que clase de padre es capas de vender a su única hija a un tipo como yo? ¿eh ?...porque si aquí hubo negocio, yo no fui el único que estuvo de acuerdo. Tú con tal de que no la vieran embarazada siendo soltera, de que no se burlen de ti, fuiste capas de entregar a tu hija para salvar tu hacienda y tu orgullo!
No soy un santo pero escúchame...jamás, jamás sería capaz de vender mi propia sangre. Así que no vuelvas a llamarla, ni siquiera te le acerques.
S: Dame con ella. Tengo todo el derecho!
F: Jajaja derecho? Cuál derecho?
S: Soy su padre! Ahora dame con ella!Se produjo un silencio ensordecedor
F: ¿Qué?, ¿qué has dicho?
S: Que soy su padre, María es mi hija. Por eso quería hablar con ella, necesito reunirme y contarle todo.Federico cayó en el sillón de su despacho. Las cosas no pudieron haberse puesto más oscuras.
En un segundo se le vino el mundo encima: María, atada a los Álvarez, y lo peor, hermana de Cristina. Ahora entendía su extremo parecido.F: No puede ser (musitó)
S: Si Rivero, es hermana de Cristina. Así que por más que impidas que hoy le hable, algún día voy a ir a su trabajo, o simplemente la cruzaré por la calle como lo hice la vez que la vi por primera vez y supe indudablemente que era ella.
F: No, hablaré antes contigo. Iré al Platanal.
S: Bien Federico, te espero aquí en una hora. Pero desde ya te digo, no habrá nada que impida que María sepa que yo soy su padre. Nada! De hoy no pasa que ella sabrá la verdadFederico quedó sentado un momento con el teléfono en la mano.
M: ( Golpea la puerta) ¿mi amor?
¿Desayunaras conmigo?
F: Si ahí, ahí voy.Maria lo notó como ausente.
M: ¿Quien era? Oí que querían hablar conmigo.
F: Si, para preguntarte unas cosas.
M: ¿Quien? (Insistió)
F: Severiano
M: Ah, debe ser por lo de los impuestos.
F: Seguramente ( tomaba un sorbo de café porque no le pasaba ni la comida)
M: Y ...¿Cristina? ¿Quién es?..
F: Debo irme María. Se me hace tarde.( Se retiraba)
M: Bien.. ( viendo que se iba) amor..
F: Si, lo siento ( la beso en los labios)Maria quedó extrañada por el comportamiento de Federico y se percató que ese cambio se relacionaba con la llamada telefónica recibida momentos previos. Sin embargo temia que nuevamente se volviera a mostrar distante con ella.
Federico tomo su caballo y salió a montar por la hacienda. Se sentía ahogado, parecía que el destino se ensañaba con él para que no fuera feliz.
Se bajó cuando llegó a la cascada donde el día anterior le había hecho el amor a su mujer y se sentó en el suelo.
Tenía la mirada perdida, sabía que debía tomar una decisión urgente.
O hablaba con Severiano para convencerlo de que no le revelase su origen a María, o directamente se la llevaría lejos.
No había muchas opciones, y las dos eran difíciles. Por lo que dijo, Severiano no daría su brazo a torcer, así que irse con ella quien sabe dónde, era la única solución potable en ese momento.
ESTÁS LEYENDO
REMEMBRANZA (COMPLETA)
FanfictionMaria se casó por amor, él por un recuerdo... Historia de amor entre Federico y María