Señor hay una señora que pide verlo. G: Quien? Xx: Es la cuñada de Rivero. G: Eh? Que pase... R: Cristina? Cr: Hola..
G: Definitivamente serás tú
Cr: No entiendo de qué me habla... Mire yo lo que le pido, le imploro que deje ir a mi hermana y a mi sobrino. ¿Que acaso usted no tiene familia? G: No...y mire señora, aquí lo único que me importa es Ojo de Agua. Así que si de verdad quiere ayudar a su hermana tendrá que hacer lo que yo le pida. Cr: Que?! G: Como lo oye, usted es muy parecida a su hermana, así que mejor para mi, para mis intereses.
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Cristina cada vez lo miraba más confundida aún. G: Dígame...Cristina, ¿hasta donde es capas de llegar por salvarlos? Cr: Hable de una vez que pretende! G: Algo muy sencillo. Usted fue la primer esposa de Federico verdad? Es la hija de Severiano Álvarez. Aun la recuerdo, era pretendida por muchos aquí... Cr: ¡No de más vueltas y vaya al grano! G: Lo que tiene que hacer usted no es más que hacerse pasar por la esposa de Rivero y tratar de convencerlo de que firme los papeles de cesion de la hacienda. Cr: ¡Que!? No, no, no de ninguna manera volvere a ser la esposa de Federico, él ya tiene mujer y es mi hermana, ¿que le pasa? G: Bueno que si quiere puede decir que no... Cr: ¿Y si me niego que pasaría?. G: Pues Rivero quedaría viudo y sin chamaco....Ah ¿vio que no soy tan tonto como cree? A ver, la vida de ellos está en sus manos, Federico como está no puede hacer nada. Está en usted si decide ayudarlos o no. Cr: ¿Y que se supone que debo hacer?... G: Sólo hacerle creer a Federico que usted es su mujer. Yo le daré unos papeles y usted tiene que convencerlo, ya sabe, envolverlo para que sólo los firme y ya. Cristina tragó en seco... Cr: ¿Y como se que después de eso nos dejara tranquilos? G: Yo sólo quiero Ojo de Agua. Ustedes no me importan
Cristina caminó friccionandose las manos. Estaba sumamente nerviosa ¿Podría hacer eso? Otra vez, la esposa de ese hombre... No...primero tendría que hablar con su hermana. No debería hacer más que fingir, y nada pasaría entre los dos. Cr: Necesito hablar con mi hermana... G: Está bien, pero solo un momento. Eulogio! Llévala.
Cristina es guiada por Eulogio a través de un pequeño pasillo, este sacó unas llaves y le abrió la puerta
Maria se encontraba sentada sobre la cama con Nachito en brazos
M: Ay Dios mio Cristina!! (Se abalanzó a mientras lloraba). Dime ¿qué pasó? ¿Cómo está Federico?.
Cristina se dio vuelta mirando a Eulogio en señal que esperaba que se retirara en lo que hablaba con María. Y este así lo hizo.
Cr: Tranquila, tranquila, está bien. Tú ¿cómo estás? Nachito? Estos malditos no te pueden tener aquí...es una pocilga! M: Estamos bien, no nos hicieron nada, pero dime...cuéntame de Federico. Cr: Bien, siéntate, quizás no tenemos mucho tiempo. Sere breve. Federico, está bien él...perdió la memoria pero aparentemente es temporal. M: Algo me dijo Loreto, pero pensé que me estaba mintiendo... es mi culpa Cristina ... sólo mi culpa. Cr: No Maria, tu no tienes la culpa que estos malnacidos hayan hecho esto. No te martirices... M: Pero ¿que es lo que quieren? Cr: Ojo de agua M: Noo!! ( Lloraba) Cr: Ese tipo solo le dio a Federico un plazo de prácticamente.. horas, algo que es imposible porque el papeleo de transferencia lleva su tiempo. Federico no se pudo comunicar con el notario y salió en el caballo cegado de ira...y fue ahí que pasó el accidente. M: Dios mio! Pobre Federico... Lo hizo por nosotros. Cr: Si María, él te quiere...los quiere. M: Lo sé ( María bajó la mirada) Cr: Hay algo más que tengo que contarte, yo no estoy de acuerdo Maria, pero al parecer es la única forma que los liberen...
