Cap 26

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H: ¿Tú? ¿que, que haces aquí? ( Totalmente sorprendido)

Cr: No lo sé...
H: ¿Y Ángel Luis ? ( mirando hacia la cocina)
Cr: No está ( Verlo semidesnudo despertó sus deseos de mujer) lo siento. (Atino a irse) pero Heriberto la detuvo tomándole de la mano trayendola hasta sí para besarla con vehemencia...

Cristina no podía resistirse a la lluvia de sensaciones que experimentaba en aquel momento. Era como si no tuviera fuerzas ni siquiera para mantenerse de pie.
Heriberto metió la lengua y succionaba sus labios con total devoción, como si hubiese esperado ese momento desde la que la vio por primera vez en el consultorio. Exploro su boca y ella se dejo hacerlo. La aprisiono a su cuerpo haciéndole sentir lo duro que estaba; Cristina se percató de eso y lo único que deseaba era sentirlo dentro suyo. Fueron tantas las ganas que su cavidad ya no estaba húmeda si no completamente mojada.
Con maestría él empezó a colar su mano por debajo de la blusa tocando con suaves caricias la piel de su abdomen.
Cristina reacciono ante ello y le mordisqueó los labios cuando sintió que aquella mano giro y comenzaba a descender. La deslizó por debajo del elástico de las pantys negras que traía...con sus dedos hacia abajo buscó también entrometerse debajo de las braguitas color carne que llevaba. Cuando llego al monte de Venus notó que en esa zona su piel era tan suave que su dedo mayor se deslizó solo para rozar la hendidura que unía ambos labios mojados. Resbalo a su toque y comenzó a hacer un juego de vaiven de adelante hacia atrás con dos de sus dedos.
Cristina estaba colgando de su cuello y entreabrio los labios para soltar un gemido... Heriberto enloqueció con ello y volvió a besarla con desesperación. La levantó sin sacar su mano traviesa y la acostó en la cama.

Cr: Heriberto, ( mientras lo besaba)

El se subió sobre ella y comenzó a besarle el cuello, trazando pequeños chuponcitos a su paso mientras ella tocó su virilidad por sobre la toalla. Definitivamente no hallaba la hora de que le enterrara aquello y hasta el fondo. Su boca salivó de solo pensarlo.

Heriberto le ayudo a quitarse la ropa, era tal la desesperación que la blusa y el sostén volaron juntos de un quite.
Quería ser caballero con ella pero el momento hizo que todo se viviera con desenfreno. Le bajó las bragas y su mirada se concentro en aquel lugar en donde él prontamente se posaria. Cuando quedó totalmente desnuda ella se acostó y solo podía observarlo cómo le chupaba los pezones hasta enloquecerla... Mordía y succionaba sus pechos como si quisiera unirse a ellos.
H: Dios mio Cristina, te deseo tanto que no aguanto más.
Cr: Yo tampoco... ( Logro esbozar al tiempo que cerraba sus ojos y enredaba los dedos en su cabello)
Cristina le quitó la toalla y observo la cabeza de aquella erección hinchada.
Con un movimiento instintivamente separó las piernas invitándolo a que la invadiera y así lo hizo.
Heriberto jugueteo con la punta gruesa  sobre ese canal del cual chorreaba líquido y se enterró al tiempo que la oyó inspirar sonoramente.
Sintio la cueva ardiente, y a ella la embestida comenzaba a abrumarle. Lo abrazó con las piernas y el comenzó su movimiento candecial...
Metía/ sacaba...metía/hundía y sacaba. Repetidas veces...
Cr: Ahhhh...( Con cada estocada un gemido abrazándole la espalda)
H: Eres hermosa... ( Le susurro al oído al tiempo que pasó su mano derecha tomándole de la nuca para sostenerse con cada embestida)

 ( Le susurro al oído al tiempo que pasó su mano derecha tomándole de la nuca para sostenerse con cada embestida)

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REMEMBRANZA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora