Cap 17

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María estaba terminando de cambiarse cuando de pronto sintió que tocaron la puerta. Abrió y vaya sorpresa se llevó.

Cr: Hola María...¿ sabes quién soy verdad?
M: Hola...( Sorprendida)
Aquella mujer era más parecida de lo que creyó.
Si, (respondió, en una mezcla de sentimientos que la agolpaban)
Cr: Puedo pasar? O...llego en un mal momento.
Por lo visto había pasado una mala noche, tenía los ojos hinchados de tanto llorar.
M: Pasa, disculpa...
Quieres, tomar algo?
Cr: No, gracias...
Le brindo una sonrisa, pues sabía que María se encontraba un tanto incómoda.

Vaya que somos iguales
M: Si, así parece.
Cr: Disculpa, María...quizás no fue buena idea que haya venido así, sin avisar. Si quieres puedo venir otro día, cuando estés más tranquila.
M: No, no Cristina... quédate
Cr: Bien...
Se produjo un silencio mientras Maria tomaba un sorbo de té ..
Y de cuanto estas?
M: De seis meses
Cr: Que hermoso, y sabes qué es verdad?
M: Si, es niño...
Cr: Yo no supe que era niña hasta que la tuve entre mis brazos...
M: Por cierto, María del Carmen es un bonito nombre... doña Consuelo me platicaba de ustedes cuando los iba a visitar.
Cr: También me hablaron de ti...( Sonrió) y como le pondrás tú? Tienes ya un nombre?.
M: Pues no, aunque Federi..
Cr: Federico, no tengas cuidado María, al fin y al cabo es tu esposo.
M: Federico quería que le pusiera su nombre.. pero yo no quise
Cr: ( sonrió) Más Federicos rondando en la familia? Ay no... ( Río)
Maria rió también y la plática se tornó más relajada.
Conversaron de varias cosas... Cristina estaba intrigada por preguntarle cómo fue que conoció a Federico. No podía creer que aquella mujer tan bonita y con buenos modales pudiera fijarse en él. Y es que Cristina aún le guardaba rencor a ese ranchero, como le decía. Sin embargo no se animó, seguramente habría tiempo para hacerlo.
M: ¿Y cómo supiste que estaba aquí?
Cr: Mi mamá llamó a la hacienda, y Candelaria le dijo que no estabas allí.
Obviamente mi mamá no quería que viniera a verte, pues sabía que de seguro no te sentirías bien. Pero no pude contener mis ganas de conocerte.
Maria le sonrió.
M: Sabes el motivo por el que me fui?
Cr: No, pero puedes contarme si quieres.
M: Federico y yo nos casamos hace ya, casi un año...nuestra relación comenzó con encuentros, sin ataduras. Cada quien era libre, sin embargo ninguno eligió serlo...( bajo la mirada) Pasaban los días y yo me enamoraba más de él, sabía que él estaba solo conmigo. Pero Federico no quería volver a enamorarse porque había sufrido mucho con su anterior relación.
Cr: ¿Federico había estado en pareja con alguien más?
M: No, aún pensaba en ti
Cr: María, lo nuestro siquiera llegó a ser una relación. Me case obligada por mi embarazo... yo lo detestaba, aún siento rencor.
M: Para él fuiste muy importante
Cr: Mis padres dijeron que te amaba, que había cambiado por ti. La verdad es que no podía creer que haya hecho eso, pero ahora que hablo contigo, y veo la clase de mujer que eres...estoy segura de que es asi.
M: Yo no dudo que me ame, pero si lo hace, es por ti...
Cr: No entiendo
M: Federico se fijó en mi por nuestro parecido. Él mismo me lo confesó, aunque dice que se enamoró luego.
Cr: Lo ves? ¿Entonces por qué se pelearon? ¿Por qué te fuiste de la casa?
M: Te parece poco Cristina? Aún debe sentir algo por ti, yo soy prácticamente tu reflejo...no no, yo no puedo permitirme eso...pero eso no fue todo...me fui porque todavía guarda fotos tuyas.
Cr: ¿Que?
M: Si, las descubrí ayer... en su escritorio
Cr: ¿Y que te dijo?... ( Susurrando) Dios! Ya sabía que el hecho de que te hayas casado con él no era nada bueno!
M: Que se había olvidado que estaban allí...me juro que me quería, que hacía tiempo que ni las veía, no sé qué más...puras...mentiras ( Se levantó y comenzó a sollozar)
Cr: No sé que decirte María... Lamento mucho que yo sea la causante de tu discordia con él. Nunca le di siquiera oportunidad de nada, yo siempre quise al padre de mi hija y lo voy a querer toda la vida, por más que ya no esté.
M: Cómo?
Cr: Falleció hace unas semanas, estaba muy enfermo... por eso regresé al Platanal.
M: Lo siento mucho Cristina...

REMEMBRANZA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora