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"Explícito"

"Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados".
-Albert  Einstein.

Las manos de Eros se deslizan suavemente por mis piernas dejándome inmóvil en el lugar.Eran cálidas y se acomodaban perfectamente a mi silueta.Eros no luce sano.Sus ojeras son levemente marcadas,ya que su piel es de tez pálida.Aquel lugar estaba en un completo silencio,aunque no uno incómodo o raro más bien uno acogedor.El mantenía su postura ante mi mirada,me observaba detenidamente.

El castaño sonrió de lado y no pude evitar ver el hoyuelo que se presentaba su sonrisa en su mejilla.

–Necesito que me des tiempo.–digo logrando que Eros me de una mirada extrañada como si lo que hubiese dicho fuera lo más extraño del mundo.

–¿Para qué?–cuestionó mirándome en un tono divertido.

–Y-ya sabes–titubeé un poco.–Eso de perder mi virginidad,no es fácil.

Ahora lo que parecía una sonrisa se convirtió en una carcajada inundando todo el lugar.

–¿De que te ríes?–arqueé una ceja intentando que hablara.

–¿Qué te hizo pensar que quería follar contigo?–sus labios esbozaron una sonrisa lobuna.

Vale,tierra trágame y llévame a la tierra de los estúpidos.

Que vergüenza.

Sacó de su bolsillo una cajetilla,después,un cigarro para llevárselo a los labios encendiéndolo.

–Miller no eres un juego para mi,al principio si,pero en estos momentos no.–admite volcando los ojos y dando un suspiro.Relamió sus labios y en ningún segundo dejó de observarme,ni yo a él.

¿Al principio si?

–¿Alguna vez te has enamorado?–inquirí con una ceja en alto.

Su sonrisa cínica resonó,antes de hablar,dio una pequeña calada a su cigarrillo.

–No–el humo salió lentamente de sus labios,hasta llegar a mi rostro.

–¿Crees que puedas?–cuestioné.–¿O no te atreves?–su mirada viajó hacia mis labios.

–El amor es una locura y puede ser doloroso Miller.Te destruye y saca lo peor de ti,hay personas que dicen que es lo mejor, pues yo digo que es desgarrador,te hace vulnerable,débil,sentirte lamentable e incluso desolador,es como un éxtasis que no podrás dejar,una droga mayor a todas las demás,un vicio que se coloca no por tus venas,ni por tu cuerpo,sino en el lugar más peligroso del ser humano,el corazón.Y siempre de una forma u otra terminarás echa mierda.

Su voz era ronca y seria.Lo observé por varios segundos,su rostro no tenía expresión alguna,su mirada atrayente estaba vacía y neutra,podía llegar a intimidarte el color celeste que destilaban sus ojos,provocaba escalofríos con solo una mirada.Me quedé callada por varios minutos hasta que respondí:

–Para no haberte enamorado nunca sabes demasiado–demandé y me encogí de hombros.

Tragué saliva,algo aturdida.

–Debemos irnos,llevamos tiempo fuera del funeral–informó.

–¿Vienes siempre aquí?–pregunté intrigada.

–No te interesa–dice sin más.

Este chico y sus cambios de humor me van a volver completamente loca.

Recordé lo que mencionó de su,¿doctor?

Minutos y minutos caminando,estoy tan agotada,solo estoy deseando llegar a la habitación y darme un largo baño.Después de media hora y varios refunfuños de Eros para que me callara,logramos llegar,ya el entierro había terminado y la suspensión de clases era hasta mañana,creo.

Los Grey. {EN EDICIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora