↬O12

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De alguna manera, siempre termino encontrando la paz contigo.

—Está despertando, señor Hwang.

El mayor se levantó de su asiento con rapidez, corriendo a la camilla de hospital en donde la castaña estaba acostada. Sus párpados apenas comenzaban a abrirse, parecía que le pesaban.

—¿Jiyeon? ¿princesa? ¿puedes escucharme?

Le dolía en el alma ver el rostro de su única hija con heridas, incluso si las quemaduras en su cuerpo no habían sido graves, el simple hecho de pensar en lo doloroso y agobiante que había sido para ella, le rompía el corazón en mil pedazos.

Jiyeon no era capaz de responder. Su vista era algo borrosa y los recuerdos de la noche pasada no eran muy claros tampoco. Solo podía observar a su padre igual o incluso más preocupado que los doctores a su alrededor.

Su cabeza dolía al igual que todo su cuerpo, ¿por qué no podía recordar lo que había sucedido y cómo había terminado así?

—Hwang Jiyeon, ¿puede escucharnos?

De pronto, sintió un vacío dentro suyo. Observó con dificultad a su alrededor, y a pesar de que la habitación se encontraba llena de doctores, podía sentirse el vacío de alguien.

—¿Mamá...? ¿d-dónde está...mi mamá?

No obtuvo respuestas. Solo vio a su padre llorar.

Fue el llanto más desgarrador que escuchó en su vida.

***

Jiyeon había conseguido calmarse un poco, el silencio de aquella aula vacía le había ayudado un poco. Jungkook y ella estaban sentados en el suelo, con la espalda apoyada en el escritorio del profesor. Solo faltaban unos minutos para que comenzara la siguiente clase, pero la castaña continuaba con su mirada fijada en algún punto del lugar, al menos su respiración ya podía respirar bien y eso tranquilizó a Jungkook.

Él no sabía qué decir, solo la observaba de reojo e intentaba mostrarle su apoyo con su presencia, y es que era su primera vez en una situación como esa, ¿cómo es que debía reaccionar?

—¿Te sientes mejor?—fue lo primero que se le ocurrió preguntar, ella solo asintió, de todas formas se veía mucho más tranquila que hacía casi quince minutos atrás. Vio que sacó un frasco de su chaqueta, al abrirlo sacó una pastilla de este. La tomó al instante, sin necesidad de al menos un poco de agua, aquello le sorprendió un poco al contrario.

—Con esto estaré bien...creo—murmuró, guardando el frasco.—Puedes irte si quieres...la siguiente clase comenzará dentro de poco.

—No quiero irme—respondió casi al instante, ella giró a verlo y él aclaró su garganta.—Digo, tenemos lenguaje, ¿sabes lo mucho que detesto ese curso?

—Solo anda, te castigarán por llegar tarde.

—¿Y tú? ¿te quedarás sola aquí?

No hubo respuesta, a Jiyeon no le gustaba llegar tarde a clases o faltar a una, pero en ese momento ni siquiera tenía las ganas para levantarse de las frías baldosas. Abrazó sus piernas con ambos brazos y apoyó su mentón en sus rodillas, simplemente soltando un suspiro.

—No me dirás por qué reaccionaste así, ¿verdad?—preguntó por fin el castaño, llevando su mirada hacia el techo.

—¿Por qué debería? tú nunca me cuentas nada igual...—él no pudo evitar sonreír un poco al notar que la Jiyeon que conocía estaba regresando.

CYNOSURE ↬ J. JUNGKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora